ENTRECRUZAMIENTOS Soñar caminos, caminar sueños
Los mapas sirven para saber en dónde se está, dónde se estuvo y quizá por dónde se estará; mapas y viajes son hermanos, los viajes se realizan por tierra, por mar, por aire, quizá de un continente a otro, como lo hicieron los antepasados de Fabiola Tanus. Ella continúa con obsesión construyendo rutas con sus dedos, va y viene, se mira y mira su historia, recorre los caminos por los que ella y sus seres amados aparecen y se esfuman, para después, en un ángulo o curva, reaparecer. Imagino a Fabiola niña en la escuela, cuando iluminaba mapas, recorría límites, fronteras, trayectos desconocidos que se transformaron en la sucesión de puntos que hoy la llevan a crear una bitácora de territorios internos en los que las distancias, linderos, contornos, accidentes, alturas y descensos nos hablan de su propia existencia.
Fabiola arranca su trayecto en un punto que, al desplazarse, genera una línea, línea que en su danza, en su movimiento erige intrincados diseños, construye órbitas que sobre el papel son nuevos horizontes de fantasía, deseo, y sueño. Su mano es arrastrada por la búsqueda, casi compulsiva, de esa expedición íntima. Sus inextricables periplos diluyen los límites entre dibujo y escritura, reviviendo así la vieja paradoja.
Aventurera de sí misma, lleva su creación a nuevas manos con las que colabora para la interpretación y recreación de su hacer. Así trabaja con los talleres de Jerónimo Hernández y Josefina Lazo, Virginia Altamirano, Taller Los Alacranes, Taller Canela, Jesús Martínez en el Taller de afelpado del CaSa, y logra así que esas líneas se traduzcan en algodón, lino, barro papel, barro zacatecas y lana de Chichicapan, reinventándose como tapete, cerámica, fieltro y bordado.
Montaigne, a fines del siglo XVI en su ensayo sobre el viaje, afirmaba que viajar es ensayarse, que durante el recorrido el ser humano se construye y aprende. Mucho tiempo después, la poeta española Josefina de la Torre se pregunta: “¿Ser hombre es estar de viaje?”, al finalizar el recorrido de la muestra en tres momentos de Fabiola quizá toquemos el punto con el que ella inició el trayecto de un mapa interminable y entonces estará en cada uno de nosotros el decidir. Un punto es la partida. Un punto es el final.