Entre patios
Conocí el Museo de la Filatelia de Oaxaca en 2007. Desde mi primera visita encontré un bello espacio que resguarda una de las colecciones de filatelia más importantes de América Latina. A partir de entonces, el Mufi ha sido para mí una visita obligada, que me llena de gozo y sigue sorprendiendo tanto como la primera vez.
En apariencia, se podría pensar que el museo es visitado exclusivamente por los aficionados y coleccionistas interesados en la filatelia. La realidad es que cualquiera de sus visitantes, sean cuales sean sus profesiones o intereses personales, habrán encontrado, durante el recorrido por las salas del museo, piezas que atrapen su atención, ya sea por la temática o por la belleza de las colecciones.
En pequeños pedazos de papel, las estampillas contienen temas tan extensos como diversos.
Planillas conmemorativas y de personajes históricos, aspectos de la naturaleza con imágenes de animales e insectos, ejemplos de la botánica endémica de cada país, entre otros, son temas que figuran en la magnífica Bóveda Filatélica del museo. También destacan el deporte, la historia del arte, las tradiciones, los objetos populares, la arqueología y los espacios emblemáticos de distintas épocas y estilos dentro de la arquitectura mundial: la naturaleza y la historia de la humanidad contenidas en estampillas, de todo y para todos.
En sus salas y espacios de exhibición, el Mufi presenta también objetos históricos relacionados con el correo postal. En ocasiones, objetos y estampillas se muestran en exposiciones que integran el arte contemporáneo a los temas filatélicos. Pero la vocación del museo no se ha limitado a conservar y exhibir estampillas, ya que, además de fomentar el uso del timbre postal para mantenernos comunicados en la distancia, en cada uno de sus proyectos da vida a la creación de nuevos conceptos que mantienen activa y vigente la colección que resguarda.
Además de sus salas para exhibiciones permanentes y temporales, los espacios abiertos tienen una presencia importante y multifuncional. El recorrido incluye seis magníficos patios que dan un respiro entre las salas del museo, espacios que para el ámbito arquitectónico se asocian con el descanso y la recreación.
Además de comunicar a las distintas áreas del museo entre sí, en cada uno de
los patios que vamos encontrando en nuestro recorrido el cielo de Oaxaca se une a la
belleza del lugar.
En distintas culturas, la integración del patio dentro de la arquitectura ha tenido una importancia relevante, particularmente en la griega, romana y árabe, quienes nombraban a sus patios como el wast al-dar ‘centro de la casa’. Más adelante, con la expansión musulmana, el patio fue integrado a las construcciones de la Península ibérica, y con la llegada de los españoles a América, este espacio se introdujo al interior de las casas coloniales. En la modernidad, Luis Barragán, figura central de la arquitectura mexicana —galardonado con el Premio Pritzker, en 1980, y el Premio Nacional de Arquitectura, en 1987— fue un maestro en la creación de patios interiores en los que sintetizaba una mezcla de elementos tradicionales y modernos.
Independientemente de su valor arquitectónico, los patios son inspiradores, se nombran en canciones y poemas, como el de Jorge Luis Borges, titulado, precisamente, “Un patio”, en el que describe las cualidades de la luz que se percibe a lo largo del día en estos espacios.
Con la tarde
se cansaron los dos o tres colores del
[patio.
Esta noche, la luna, el claro círculo,
no domina su espacio.
Patio, cielo encauzado.
El patio es el declive
por el cual se derrama el cielo en la
[casa.
Serena,
la eternidad espera en la encrucijada
[de estrellas.
Grato es vivir en la amistad oscura
de un zaguán, de una parra y de un
[aljibe.
Los patios tienen personalidad y los que nos ofrece el Mufi tienen sus particularidades.
El primero de ellos hospeda un automóvil de la marca Volkswagen, bautizado afectuosamente como el Vocho Mufi por su decoración con estampillas. La función original del timbre postal se traslada del sobre —que suele contener una carta— a un elemento para decorar el vw Sedan 1993. Mostrando orgullosamente su diseño, inspirado en la colección del Museo Textil de Oaxaca, de vez en cuando sale de paseo por las calles de la ciudad.
Pasando la Bóveda Filatélica del museo nos encontramos de frente con un espectacular muro de cantera amarilla de sobresalientes volúmenes geométricos. En el patio cuadrado, que está rodeado por abundante vegetación y altos bambúes, se encuentran mesas y sillas para que los visitantes se sienten a platicar o a tomar un descanso.
El techo móvil de carrizos, que resguarda a los visitantes del sol de mediodía, proyecta juegos de luz y sombras sobre el muro y el piso a lo largo de la jornada: un espacio que invita a la serenidad y la reflexión.
Un puente de madera comunica a un íntimo y pequeño patio lateral. Su piso de piedritas blancas contrasta con la calidez de los muros de adobe. Tres árboles jóvenes sustituyen a la jacaranda que originalmente creció en ese espacio: la naturaleza se transforma y cumple con sus ciclos de vida dando lugar a la nueva vegetación.
Desde hace doce años, un pochote y una pata de vaca dan sombra a los niños que hacen un recreo de su visita al museo. En el columpio, colocado especialmente para ellos, los podemos encontrar disfrutando de la sombra y meciéndose plácidamente; mientras uno se columpia, siempre hay otros que esperan su turno, recogiendo y admirando con curiosidad las piedras del piso. Los niños han tenido en el Museo un espacio para fomentar su imaginación y creatividad. Es común encontrarlos corriendo en busca de los buzones para enviar una tarjeta postal de su propia creación.
En verano, el Mufi recibe a los niños con actividades especiales y a veces los encontramos esperando pacientemente la magia de la imagen con una cámara estenopeica entre sus manos, o realizando las actividades creativas de los distintos talleres, cuidadosamente preparados para ellos.
El gran espacio de muros blancos conocido como La plancha de eventos al que comunica el puente de madera, posee muros que reflejan y potencian la luz tan intensa inundando las salas de exposiciones temporales que se encuentran al fondo del patio rectangular.
Durante la noche, la función de los muros es servir como una enorme pantalla blanca para proyecciones.
La plancha de eventos ha sido testigo de presentaciones de libros, cancelaciones de estampillas, conferencias, congresos e inauguraciones y, en ocasiones, la luz es sustituida por la alegría que provoca en los visitantes la música de los conciertos de La China Sonidera, Mono Blanco o el Trio D’Argent, entre los muchos intérpretes que se han presentado en la explanada.
Todos los espacios, durante cada hora del día, son aprovechados en sus cualidades de socialización para realizar y compartir eventos.
Dos arcos conectan con el patio siguiente. Un espacio inconfundible por su espléndido espejo de agua que muda de personalidad según las fiestas y tradiciones del año. En su reflejo, el cielo y el agua dialogan refrescando el ambiente y según la temporada lo encontramos adornado con nenúfares o con el intenso color naranja de la flor de cempasúchil.
El blanco encalado de los muros ilumina con su reflejo las columnas habitadas por las palomas que anidan en sus capiteles y que nos sorprenden con su vuelo repentino.
El espacio, con su estilo mediterráneo, se viste con las enormes cactáceas endémicas de Oaxaca que crecen queriendo alcanzar el cielo azul, y es común encontrar a los visitantes tomando fotografías y selfies que constatan su visita a tan bello lugar.
Por último, el sexto y más reciente de los patios del Museo fue agregado con la expansión y las nuevas salas en 2021. Se trata de un patio que colinda con la calle Constitución y que con su techo móvil constituye un espacio versátil para las actividades organizadas por el museo.
A un costado se encuentra un espacio de café y refrigerios para consumir antes o después del recorrido o de la visita a la Miscelánea Filatélica, donde se puede encontrar todo tipo de artículos relacionados con la filatelia.
De igual forma, el espacio se presta para asistir a una clase de danzón o a la presentación de un libro y, con la misma eficacia, también sirve como centro de reunión para socializar después de la inauguración de una exhibición.
El 6, para la numerología de distintas culturas y religiones, es un número afortunado y se le asocia a la armonía, el equilibrio, la responsabilidad y estabilidad. Se le relaciona también con la energía de la Tierra y su conexión con la naturaleza. Es un símbolo de unión y de comunicación. En México, para la cultura maya, el número 6 está relacionado con la sabiduría, la compasión y la unión entre la mente, el cuerpo y el espíritu.
El Museo de la Filatelia de Oaxaca festeja los 25 años de su fundación, tiempo en el que se ha ido transformando y creciendo como un espacio de armonía entre lo tradicional y lo contemporáneo. Un museo donde la naturaleza convive en equilibrio con la arquitectura, uniendo a personas de todas las edades y nacionalidades en una experiencia integral que las comunica con la cultura.
Con sabiduría y generosidad, el Mufi nos ofrece un espacio en donde la calidez humana de sus fundadores, directivos y de quienes nos reciben con entusiasmo en cada visita nos hace regresar, inevitablemente, al encuentro de nuevas sorpresas en sus salas y entre sus seis mágicos patios.