En papel y acetato: el idioma yaqui en los archivos de Jean Bassett Johnson
Kúčum tássiʔobéa hóyoe súawakáme.
Wámeʔe ʔoʔówim kúčuréom kúčum
Súaʔabáeteko, mamníka o búsanika
ʔémokombílaróane tássiʔota ʔabéaʔune.
Hunáka ʔapopónne, húnak bésa
ʔanúksakaʔáne bawéu bíča. Posópo kúčum
ʔanéʔepo ʔawóʔotane, kúčum naakóane,
Húnak ʔamsúaʔane húme kúčum.
Traducción
“Cuando los pescadores quieren matar
pescados, cinco o seis de ellos se juntan y
se reparten la cáscara del árbol de San Juanico.
Entonces lo machacan y lo llevan al mar,
y en un pozo donde hay pescados, lo tiran.
Se emborrachan los pescados, y así los pueden matar”.
Del uso de la cáscara de San Juanico
Relato yaqui
El relato anterior fue narrado por el profesor Ignacio Mendoza al antropólogo Jean Bassett Johnson, cuando este, en compañía de su esposa, la antropóloga y especialista en el análisis textil, Irmgard Weitlaner, realizaban una investigación sobre la lengua yaqui en Vicam Estación, Valle del Río Yaqui, Sonora. Desconocemos la fecha exacta, pero sabemos que fue recopilado entre octubre-diciembre de 1939 y febrero-abril de 1940, y dado a conocer en el libro titulado El idioma yaqui, publicado póstumamente en el año de 1962 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en México; casi veinte años después de que Bassett muriera en Túnez, durante la Segunda Guerra Mundial.
Yaqui es el nombre atribuido a un grupo indígena y a la lengua que hablan (que pertenece a la familia lingüística yutonahua). Existen actualmente ocho pueblos asentados cerca del río Yaqui en Sonora y una comunidad habitando una reserva en Arizona, Estados Unidos, los cuales, a pesar de los intentos de exterminio y despojo que han sufrido durante años, han sobrevivido y están en constante lucha por conservar su territorio, su identidad, su lengua, sus formas de organización y gobierno para evitar el saqueo de sus recursos. Además, se encuentran en permanente lucha por conservar su agua.
En este sentido, la obra de Jean, junto con los diarios de campo que aún se conservan, se vuelven relevantes, no solo porque la información fue recopilada en una época en la que, tras muchos años de lucha, un nuevo gobierno les devolvió y reconoció su territorio (aunque poco tiempo después volvieron los conflictos), sino porque por medio de estos materiales, el autor contribuye a la documentación y preservación de la lengua. En consecuencia, estos recursos constituyen una fuente de referencia obligada para quienes investigan sobre el tema, ya que además es uno de los primeros estudios no solo lingüístico, sino etnográfico, que se realizan al respecto.
También se conservan algunos registros sonoros “únicos”, que el autor hizo durante su investigación en la zona Yaqui, los cuales fueron realizados en discos instantáneos de acetato de 7 pulgadas, color negro, de la marca Silverstone, grabados a 78 rpm, por ambos lados, con una duración de 1:38 minutos por lado. Estos contienen, además del relato del uso de la cáscara de San Juanico, que aquí puedes escuchar, tres cuentos más:
- Los cazadores de venado
- ʔótamkáwi o hueso cerro
- Yúku – Lluvia o cuento del maíz
Son tres discos en los que se registra la versión en Yaqui. En el libro se pueden encontrar las transcripciones y sus traducciones al español.
Los discos se encuentran resguardados en la Fonoteca Juan León Mariscal. El libro y los diarios de campo se conservan en la bóveda de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, ambos de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y están disponibles para su consulta.