Boletín FAHHO Digital No. 19 (Oct 2022)

En la caja de bateo: el Bronco Jorge Cantú

Karo García

Encontrar lo que amas es, sin duda, un privilegio que muchas personas no logran descifrar ni en cien años de vida. Una vez que lo descubres, luchar por lo que amas es una decisión que requiere de compromiso, valentía y resiliencia. Entregar tu vida a una profesión no es sencillo, aún más si cuando descubres cuál es tu propósito en la vida tienes seis años y estás justo enfrente del televisor viendo un juego de los Dodgers de Los Ángeles, tomando como modelos a seguir a Mike Piazza y a Fernando Valenzuela.

Reynosa Tamaulipas vio crecer a Jorge Cantú: entre los campos de beisbol de las ligas infantiles, acompañado siempre de su mamá, su papá y su familia, quienes lo motivaron a perseguir su sueño en todo momento. Ese sueño que lo llevó a alcanzar el Olimpo del beisbol a los 22 años, cuando el 17 de julio de 2004 debutó en las Grandes Ligas con las entonces Mantarrayas de Tampa Bay. Durante ocho temporadas representó al beisbol mexicano en la MLB. Profundamente orgulloso de su sangre mexicana vistió el jersey tricolor en tres Clásicos Mundiales.

Después de brillar en los diamantes de Estados Unidos y Asia, llegó a la Liga Mexicana para portar las franelas de Tigres y Toros, tomando la decisión de cerrar su carrera con los Diablos Rojos del México; en sus propias palabras, “con la organización más importante del beisbol mexicano” y con la que se siente más identificado por la pasión, compromiso, disciplina y honor que requiere portar el jersey.

A sus 40 años decide “colgar el guante y la gorra” y colocar en un lugar especial su bat; no sin antes brindarnos una jornada mágica e inolvidable en el diamante de fuego, el Estadio Alfredo Harp Helú. El domingo 7 de agosto del 2022 marca la fecha del último juego de temporada regular en su carrera, pero también la fecha en la que, entre lágrimas, su familia, la afición, compañeros, amigos, maestros, alumnos, rivales y todos los presentes homenajearon al Bronco, que nunca se rindió dentro del diamante y que seguramente seguirá con esa filosofía fuera de él.

Con un imparable al jardín izquierdo y jugando la posición donde todo comenzó, las paradas cortas, realizando un doble play de ensueño con su “chompi”, Juan Carlos Haper Gamboa y el novato Víctor Morales. El Son de la Negra musicalizó el ocaso de una gran carrera profesional. Gracias, niño Jorge Cantú, por nunca rendirte, el hombre que besó el home plate en su primer turno al bat te lo agradece, así como todos los que lo vimos en un diamante: te estaremos eternamente agradecidos por nunca haberte rendido.

¡Un último out, Bronco!


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