Emiten Mufi y CNLT planilla Oaxaca Ciudad Patrimonio
Oaxaca evoca miles de sueños, cautiva porque sus piedras, declaradas patrimonio mundial por la Unesco, están vivas. En ellas permanece el cincel y la huella de los pueblos zapotecos, mixtecos y sus vecinos; la raíz indígena fundida con la europea, la negra, la asiática y la árabe en una fructífera convivencia que ha impregnado la cultura que se desborda en cada rincón. Oaxaca es color musical, es también una caricia gastronómica que seduce al visitante. Heredera de siglos enraizados en sus tradiciones, sorprende por sus atractivos culturales que enaltecen a México.
Tierra de artistas, Oaxaca está viva porque sus habitantes han sabido valorarla y disfrutarla. Salen a la calle, la recorren en bicicleta, organizan conciertos bajo los laureles del zócalo, visitan las exposiciones dentro de las casas convertidas en museos. La vida cotidiana de los oaxaqueños es el paseo familiar cobijado bajo la sombra de los árboles y rodeado de las sonrisas de los niños que corren con un globo en la mano. Los atardeceres hacen brillar la cantera de las fachadas de sus iglesias, donde los fieles rezan y al salir conviven entre ellos. Los centros culturales organizan programas muy concurridos y la lectura en los patios de las múltiples bibliotecas es un momento placentero y común. Galerías de arte, restaurantes, tiendas, hoteles y cafés dan morada a los turistas que quedan embelesados con la hermosura de la ciudad y su arte popular. Tamales, mole, quesillo, chapulines, tasajo, cecina, pan de yema, tejate, chocolate, nicoatole y otras delicias conquistan los paladares. Tradición e historia se entretejen en cada esquina: los mercados deslumbran por su aroma, sabor y color que armoniza con el canto coplero de las marchantas: “blandas, tlayudas”. Los cuentacuentos, bailarines y músicos sorprenden a los paseantes cuando se presentan en las plazas; afortunados son los encuentros con las bandas y los cuetes que anuncian el paso de una alegre calenda. Riqueza y variedad se respira en la herencia cultural de Oaxaca, un patrimonio que vibra y palpita con una vitalidad sorprendente.
La Fundación Alfredo Harp Helú, Oaxaca, A.C., es cómplice del dinamismo cultural de la ciudad y celebra que aquí se llevara a cabo el XII Congreso Mundial de la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial. De ahí que nuestro querido Museo de Filatelia de Oaxaca, el único en su género en Latinoamérica, haya gestionado con el Comité de Lucha contra la Tuberculosis una planilla de estampillas para enaltecer a Oaxaca como ciudad patrimonio.