El tesoro documental de Adabi
Los papeles son los que
duermen y despiertan a su aire, los que reclaman atención
o están en la tranquilidad pausada y larga de los años.
Juan Manuel Herrera Huerta
Adabi ha dejado huella en la nación mexicana por ejecutar proyectos estratégicos de rescate documental y bibliográfico. Durante 20 años ha desarrollado un diálogo colaborativo con un gran número de instituciones públicas y privadas.
La memoria documental de esta trayectoria se resguarda en su archivo, ubicado, desde el 2014, en la colonia Del Carmen, Coyoacán, en la Ciudad de México, espacio que alberga a la institución actualmente.
De 2008 a 2014, previo a la llegada del archivo a su actual ubicación, se concentró en la oficina de la Secretaría Técnica de Adabi, en la calle Cerro de San Andrés de la colonia Campestre Churubusco en la Ciudad de México. En ese espacio solo se albergaba la documentación relativa a la gestión de proyectos ordenados geográfica y cronológicamente de acuerdo con las necesidades operativas de esa área.
Actualmente, el archivo institucional se clasifica en ocho secciones documentales que corresponden a Dirección, Coordinación de Archivos Civiles y Eclesiásticos, Centro de Conservación, Restauración y Encuadernación, Coordinación de Bibliotecas y Libro Antiguo, Coordinación de Fuentes Fotográficas, Difusión, Publicaciones y Administración.
En este archivo se resguardan 40 metros lineales de expedientes que se articulan en documentos de concentración instalados en cajas de polipropileno AG-12 que van Los papeles son los que duermen y despiertan a su aire, los que reclaman atención o están en la tranquilidad pausada y larga de los años. Juan Manuel Herrera Huerta de 2003 a 2013, y documentos en fase semiactiva en un archivo intermedio con una cronología de 2014 a 2021 en cajas con folders colgantes.
Cuenta, además, con dos instrumentos de descripción, un inventario general donde se especifica el contenido de cada uno de los expedientes y su ubicación, además de una Guía de Series cuyo propósito consiste en especificar procedencia, objetivo, descripción y vigencia de los documentos que se resguardan en ellas.
Fondos incorporados
El Archivo de Adabi resguarda tres fondos incorporados que son eslabones para entender la fundación de la asociación civil y para complementar la historia de la archivística en el país.
El Fondo Personal Jorge Garibay Álvarez (1935-2020) es testimonio de una vida dedicada a la archivística, decantada, principalmente, por las instituciones eclesiásticas que hoy en día han demostrado ser fuente de riqueza histórica y cultural y que son merecedoras de preservación y difusión.
El maestro Garibay logró visibilizar la riqueza documental de este tipo de fondos y se preocupó por generar relaciones con la jerarquía eclesiástica para restaurar la confianza en la relación Iglesia-Estado; realizó fructíferos rescates documentales; capacitó y sensibilizó a varias generaciones de estudiantes de Historia en el ámbito patrimonial, realizó valiosos manuales con el objetivo de avanzar en la profesionalización de la labor archivística y elaboró distintos instrumentos de difusión, entre ellos la revista Amare.
En su fondo personal converge su actividad profesional y personal resguardado en 15 cajas AG-12, acompañadas de un anexo fotográfico y una colección documental.Actualmente, este fondo está a disposición de la consulta pública en el Archivo de Adabi.
El Fondo Fideicomiso Preservación de la Memoria de México resguarda la producción documental generada en el cumplimiento de las funciones del órgano denominado Fideicomiso Preservación de la Memoria de México. En diciembre de 1999, la doctora Stella María González Cicero fue nombrada directora general del Archivo General de la Nación y con el objetivo de contribuir, continuar y mejorar las funciones institucionales, junto con el contador Alfredo Harp Helú, la doctora María Isabel Porrúa, archivistas, particulares e intelectuales impulsó la creación del Fideicomiso Preservación de la Memoria de México. Esto permitió el desarrollo de estrategias de organización, descripción y difusión documental, por medio de programas específicos con metas establecidas a corto y largo plazo, sujetos a la aprobación de un comité técnico.
El fideicomiso se destinó, esencialmente, a ejecutar proyectos en torno al cumplimiento de las atribuciones que le confiere el Ejecutivo Federal al Archivo General de la Nación como entidad central de consulta de los archivos de la federación, entre ellos la organización y descripción del Archivo Histórico Central; la capacitación y actualización del personal en torno a procesos archivísticos y de estabilización de documentos en diversos soportes como fotografías; además de lo referente a la reparación y modernización de espacios para dignificar el albergue del archivo, como la remodelación de ciertas áreas del Palacio de Lecumberri.
A su vez, ambiciosos proyectos se dejaron en manos del fideicomiso, como el rescate de más de 100 archivos municipales;la digitalización de 5100 tarjetas de migración de la Serie Libaneses para la elaboración del inventario y del disco compacto Migrantes Libaneses en México; el rescate y organización de archivos municipales y parroquiales del estado de Oaxaca; el inventario general de los archivos parroquiales de la IV Vicaría Episcopal del Arzobispado de México; el rescate de archivos parroquiales y municipales Mixes de Oaxaca; una Guía General de Archivos Estatales y, por último, con el objetivo de modificar la heterogeneidad de los procesos de trabajo en los archivos de México sumándole el incremento del nivel de calidad de los mismos—, se impulsó la renovación del Sistema Nacional de Archivos y el fortalecimiento de los Comités Técnicos de Archivos Federales y Estatales.
El Fideicomiso Preservación de la Memoria de México se mantuvo activo del 2000 al 2003, año en el que la doctora González terminó su ciclo como directora del AGN, y sus documentos se mantienen resguardados en 7 cajas AG-12 que ya se encuentran descritas en un inventario general.
La doctora Stella María González ha dedicado su vida al rescate del patrimonio bibliográfico y documental del país, ocupó cargos públicos enfocados a esta labor de 1977 a 2003, año en que continuó este trabajo desde el ámbito privado, en Adabi.
Debido a ello, se creó el Fondo Stella María González Cicero, cuya concentración documental ha comenzado a ser intervenida con fines precautorios en los últimos meses y actualmente se resguardan cuatro metros lineales de documentación con una cronología que va de 1945 a 2022.