Boletín FAHHO Digital No. 30 (Sep 2023)

El Taller Lengua y Cultura Mixteca

Sebastián van Doesburg (BIJC/UNAM)

Desde 1570, aproximadamente, las comunidades de la Mixteca Alta y Baja (pero, al parecer, no las de la Costa) comenzaron a usar las letras para escribir todo tipo de documentos en mixteco. A lo largo de dos siglos y medio los escribanos comunitarios produjeron miles —si no es que decenas de miles— de textos jurídico-administrativos, traducciones y cartas de correspondencia en su lengua.

La mayoría fue desechada, como suele ser el destino de la documentación administrativa en todo el mundo, sin embargo, una fracción de estos textos —alrededor de 400— quedó conservada en expedientes de archivos comunitarios, de los juzgados locales, de notarios de Oaxaca y del Archivo de la Audiencia Real (hoy Archivo General de la Nación). Al consumarse la independencia de México, esta tradición se interrumpió y la costumbre de escribir en mixteco se perdió.1

Aunque podemos identificar la publicación de la Doctrina christiana en lengva mixteca en 1567 y 1568 en las variedades del mixteco de Achiutla y Teposcolula, obra de fray Benito Hernández y su grupo de nobles conversos, como el inicio de esta tradición, muy pronto las letras y la ortografía desarrollada salieron del ámbito religioso y fueron usadas por los escribanos comunitarios para llevar la nueva administración comunitaria. Entre los documentos escritos en mixteco destacan los testamentos, pero también hay inventarios, actas de acuerdos, investigaciones, traducciones de mandamientos reales, libros de cuentas y varios tipos más.

Desde hace algunos años, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, trabaja en la localización, digitalización y el acceso digital de toda la documentación en el sitio Satnu: Repositorio Filológico Mesoamericano, próximamente disponible en un nuevo URL. A la vez, desde hace un tiempo, Michael Swanton y el autor de estas líneas trabajamos con un grupo de hablantes de mixteco de distintas comunidades en el análisis y la traducción de ciertos textos que destacan entre los demás.2

Antes de la pandemia, este grupo —bajo el nombre de Ñayevui yonanducu tnuhu sanaha— publicó el análisis y traducción de una averiguación previa escrita en mixteco, en 1602, acerca del caso de un anciano de Tamazulapan encontrado muerto en un temazcal.3

Entre los documentos más antiguos que sobreviven está el testamento que don Felipe de Saavedra dejó al morir en 1573. Está conservado en el Archivo Histórico del Poder Judicial de Oaxaca y es parte de los documentos virreinales en lenguas oaxaqueñas declarados Memoria del Mundo por UNESCO México en 2018. Por el lado de su abuela, don Felipe era el heredero del importante linaje gobernante de Tlaxiaco y Achiutla, y por el de su abuelo estaba emparentado con los gobernantes de Jaltepec. Don Felipe de Saavedra formaba parte de esa generación de señores y señoras mixtecos que vivió la dramática y profunda transformación en la vida mixteca que siguió a la invasión española. Así, a sus 29 años vio llegar a fray Benito Hernández, quien dio inicio a la presencia dominica en Tlaxiaco y, seis años más tarde, en 1558, en Achiutla. Esta fue una época de mucha violencia y destrucción cultural, pero también de grandes adaptaciones que permitieron a los mixtecos encontrar un nuevo camino en el contexto colonial. Entre la cantidad de novedades que llegaron estaban las letras, y así, al testar en 1573, don Felipe escribió su propio testamento en mixteco. Aparte de las fórmulas típicas de los testamentos de la época, don Felipe enumera algunos de los bienes muebles e inmuebles del señorío. El listado no está completo y solo menciona aquello sobre lo que pudiera existir alguna duda: terrenos obtenidos por trueque, algo de ganado y, muy interesante, una colección de joyas. Entre las piezas hay algunas de hechura tradicional, como un collar con tortuguitas —similar a los dos que están expuestos en la Sala de la Tumba 7 de Monte Albán— y otros que ya representan la nueva época, como las que tienen forma de un San Miguel y el escudo del emperador realizado en plata. También tenía libros, una caja de escribanía y unos anteojos; dejó todo a su hija.

La traducción de estos documentos es todo un desafío. No solamente porque la lengua mixteca y cada una de sus variedades han cambiado a lo largo de los últimos cuatro siglos y medio, sino también por las peculiaridades de la ortografía de la época y, aún más, por los grandes cambios en el léxico causado por la transformación en la sociedad mixteca. Para dar un solo ejemplo: los términos para la joyería de tipo prehispánico, que tanta fama les dio a los mixtecos antiguos tras el descubrimiento de la Tumba 7, se han perdido en su mayoría en el mixteco actual.

Traducir los textos de esos tiempos tan antiguos requiere de cierta preparación y conocimiento de los procesos históricos, tanto sociales, como lingüísticos, y un cierto grado de reconstrucción de la lengua antigua. Aunque, en realidad, esto no es tan distinto a lo que se requiere para leer un texto antiguo en español, como el Cantar de Mio Cid (sin la ortografía modernizada) o, mucho peor, del Beowulf en inglés antiguo.

Durante el taller de agosto de 2022 a junio de 2023 se transcribió, analizó y tradujo el testamento y en grupo se discutieron los distintos aspectos del texto. Algunos participantes de este taller dieron una ponencia sobre su trabajo en el noveno Congreso sobre Lenguas Otomangues y Vecinas el pasado abril. Posteriormente, se redactaron las partes contextuales: la lengua mixteca utilizada en el testamento, los antecedentes de don Felipe, datos de su vida y usos posteriores del testamento en ciertos conflictos por la tierra en la región de Tlaxiaco. Esperemos que pronto podamos dar a la imprenta esta segunda aportación del grupo Ñayevui yonanducu tnuhu sanaha, para abrir poco a poco esta herencia histórica y lingüística mixteca a los interesados en general y a los hablantes actuales del mixteco en particular.

1 Va más allá de este texto hablar de la causa de esta pérdida o de los actuales intentos de volver a escribir en mixteco, incluyendo la reciente publicación de la norma de escritura del mixteco (2022).

2 El grupo 2022-2023 estuvo integrado por (orden arbitrario) José Carlos Jiménez Hernández de San Antonio Nduayaco, Apoala; Ofelia Pineda Ortiz de El Jicaral, Coicoyán de las Flores; Juana Mendoza Ruiz de Alcozauca de Guerrero; Benito Sandoval Vásquez de San Esteban Atatlahuca; Alicia Guzmán Ortiz de San Miguel Progreso, Tlaxiaco; Cristian Omar Ortiz López de Guadalupe Buenavista, Yucuhiti, Tlaxiaco; Luz María Martínez Nicolás de Santiago Tetepec, Jamiltepec; Yaretzi Sagrario Marroquín Bautista de San Juan Mixtepec; Reynaldo López de la Paz de Santiago Jamiltepec; Antonia Cruz Salvador y Rosalba Pérez Bautista de Santa María Zacatepec; Elodia Ramírez Pérez de Santa María Peñoles (encargada de la logística de las reuniones); Hilarino Pérez López de Santiago Amoltepec y Marcela Rivera García, encargada del sitio Satnu.

3 Ñayevui yonanducu tnuhu sanaha [lit. ‘Personas que buscan las palabras antiguas’ en la extinta variedad de Teposcolula], “Una muerte en el temazcal: análisis y traducción de una averiguación de 1602 escrita en mixteco de Tamazaulapan”. En Filología mixteca. Estudios sobre textos virreinales (M. W. Swanton, coord.), pp. 127-186. UNAM, 2021.




Lo sentimos, la página que buscas no existe.

¡Muchas Gracias!
En breve nos pondremos en contacto contigo.