Boletín FAHHO Digital No. 6 (Jul-Ago 2021)

El polvo comparte con la luz el deseo de tener cuerpo

Jorge Contreras

De alguna manera, todo lo que sucede entre las rejas de San Pablo diseñadas por el maestro Toledo— es arte. Las secuencias de acciones, deseos y emociones que cada evento y cada experiencia en San Pablo ponen en marcha, están orientadas a fortalecer los vínculos entre los visitantes y la comunidad, y a descubrir aquello que hace de cada persona un ser humano.

Iniciamos la reapertura gradual con los espacios dedicados a exposiciones presentando el trabajo de Adelia Sayeg: obras de cerámica elaborada a partir de la conciencia de que las personas vamos construyendo, mediante nuestras experiencias de vida, un vínculo sagrado con la naturaleza.

Además de trabajar con arcilla para permitir que el barro y otros materiales —que son también formas del polvo— lleguen a tener cuerpo; Adelia construye con sus piezas y textos instalaciones que traen a colación un mundo parecido a la poesía No un mundo en el que se está, sino un mundo en continua construcción; en el cual la mirada y el tacto están enfocados a transformar las emociones y situaciones que nos parecen contradictorias o coherentes, luminosas u obscuras, en aceptación y celebración al mismo tiempo, de nuestra experiencia cotidiana.

En ese mundo al que remite la obra de Adelia Sayeg puede observarse un vínculo muy íntimo con lo habitual, una relación cargada de afecto por las personas, los objetos e ideas que son cotidianas; pero que gracias a la mirada de la artista adquieren carácter estético. Un mundo donde quizá se puede diluir la noción de yo, desaparecer con confianza para volver a configurarse y reconocerse en otras personas y otras formas de comprender.

Las instalaciones de Adelia Sayeg ofrecen participar en un ejercicio de teúrgia, pues convocan la acción de presencias que no son físicas. Presencias y no presencias, la ornamentación, los textiles, los huesos, cintas y materiales que forman parte de las obras de Adelia Sayeg, ocupan el lugar de las flores y plumas con las que los artesanos prehispánicos adornaban los objetos rituales mediante los cuales se comprendía e intervenía la vida.1

Vasijas y estelas de cerámica con huesos o piedras incrustadas con cierto ritmo como quien cuenta días o repite una oración como un mantra siguiendo instrucciones precisas y muy antiguas; revelan la conciencia de quien sabe que está viviendo nuevamente y sabe que la experiencia sensible depende de la adecuada disposición de su pensamiento.

Traducir el deseo del polvo en formas de cerámica señala también un aspecto del deseo humano, una falta primordial que se manifiesta en la búsqueda cotidiana de una conjunción que nos revele y nos abarque.2

El arte nos brinda la posibilidad de resolver ese aspecto del deseo. Una de las instalaciones de Adelia sugiere a los visitantes amarrar una cinta en las ramas secas de un árbol para dejar así una idea o una emoción negativa y liberarse de ella. La exposición en general aborda la experiencia de sanar, vivir con la voluntad de aliviar la condición y las circunstancias que llevan al sufrimiento; convertir lo que ocurre cada día en una experiencia íntima de restauración implica la aceptación de estar en el mundo y el sentimiento de gratitud frente a la vida que simplemente ocurre.3

En esta exposición es posible observar que el arte mantiene una doble relación con el mundo, al mismo tiempo visual y metafísica;4 y que es una forma de vida en la que la aprehensión del mundo es conocimiento sensible que explora la experiencia cotidiana. Mediante esta forma de vida es posible estar de otra manera en la vida, trasformar la propia presencia atendiendo la dimensión ética de cada experiencia y asumiendo la responsabilidad de lo que unos hacemos a otros.5

Durante la contingencia sanitaria, en el Centro Cultural San Pablo se extrañaron las decenas de personas que cada día visitaban las exposiciones y participaban en los eventos, por ello, ahora que la pandemia va cediendo espacio en la vida comunitaria, en San Pablo se ha vuelto a instalar el gusto y la alegría de recibir personas que visitan las exposiciones.

Todas las experiencias que ocurren en el exconvento de San Pablo, desde su apertura, suceden en forma de arte; y nos recuerdan que compartir nuestra vida, o unos minutos, con otras personas es ya un privilegio.

1 María de los Ángeles Romero Frizzi en: Margarita Dalton Palomo, et at. Historia del arte en Oaxaca. Vol. II. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. 1997.

2 Gilles Deleuze y Félix Guattari, El Anti Edipo. Capitalismo y Esquizofrenia, Barcelona, Paidós. 1985.

3 “El arte no implica narraciones, simplemente ocurre”. Gilles Deleuze. Francis Bacon, Lógica de la sensación, Madrid, Arena Libros, 2002.

4 “El arte delimita un área y está definido solo en relación con el mundo. El arte le confiere una identidad al mundo”. Walter Benjamin, Arte, signos y marcas. 1917.

5 Richard Rorty, Contingencia, Ironía y Solidaridad, Barcelona: Paidós, 1996.


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