El Museo Textil de Oaxaca en camino: Hilos, risas y aprendizajes

A finales de 2024, el Museo Textil de Oaxaca fue invitado por la FAHHO Itinerante a participar en un viaje muy especial. No era un viaje con maletas ni boletos, sino con madejas de hilos, agujas que parecían pinceles y tintes naturales que guardan los secretos de flores, raíces y cortezas. Este viaje tuvo como destino escuelas, patios y plazas de diferentes comunidades de Oaxaca, donde las infancias los esperaban con mucha curiosidad.
FAHHO Itinerante es un programa de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, cuyo propósito es llevar actividades gratuitas a distintos pueblos y barrios del estado. Se trata de una caravana cultural que viaja ligera, pero que llega a cada destino cargada de posibilidades gracias al esfuerzo de filiales hermanas como las Bibliotecas Móviles, la Casa de la Ciudad, el Museo Infantil de Oaxaca, el Museo de la Filatelia de Oaxaca y, por supuesto, el Museo Textil de Oaxaca.
En este recorrido, las alianzas con educadores, representantes comunitarios y autoridades locales han sido fundamentales. Gracias a ellos, las actividades llegan a buen puerto: los salones de clase se convierten en talleres, los patios se transforman en telares colectivos y las bibliotecas se llenan de hilos de colores.
En lo que va de 2025, dos comunidades de los Valles Centrales han abierto sus puertas y sus vidas a esta experiencia: Teotitlán del Valle y San Francisco Lachigoló. Allí la niñez ha descubierto que los hilos no solo sirven para coser ropa, sino también para dibujar caminos; que las cuentas brillan como estrellas en miniatura; que los estampados son huellas de flores y figuras que parecen cobrar vida; y que el telar es una ventana hacia mundos de colores infinitos.
Las actividades no se viven como clases, sino como juegos. Cada puntada es un reto, cada estampa una sorpresa, cada tejido una historia compartida. En los ojos de la niñez se refleja el asombro de descubrir que, con paciencia y creatividad, sus propias manos son capaces de dar lugar a la belleza.
Pero el viaje no termina en cada taller. El objetivo común de las filiales por medio de la FAHHO Itinerante es crear una gran colcha didáctica, compuesta por fragmentos que representan las distintas actividades creadas para las infancias. Esta colcha será mucho más que una manta: se convertirá en un mapa colectivo de experiencias, un diario textil para resguardar la memoria de juegos, aprendizajes y descubrimientos.

Cada retazo contará una historia: la alegría de quien aprendió a enhebrar por primera vez, el orgullo de quien terminó un tejido sencillo pero hermoso, la mirada curiosa de quien estampó una flor sobre tela. Juntos, esos retazos formarán una obra que abraza, enseña y recuerda.
Son estas experiencias las que hacen especial a este proyecto, el cual se ofrece de manera gratuita, porque cuando la cultura se comparte sin barreras, se convierte en semilla fértil. En cada actividad, las infancias aprenden mucho más que una técnica: descubren la importancia la paciencia de la creación, el trabajo en comunidad, y la alegría de aprender jugando.
El MTO y la FAHHO Itinerante nos recuerdan que las infancias no solo merece espacios de cuidado, sino también de inspiración. Sembrar en la niñez el amor por la cultura es una manera de asegurar que las tradiciones continúen vivas, renovadas y luminosas.
Cada visita, cada taller, cada juego con hilos y tintes naturales deja una huella. El MTO continúa su andar convencido de que estos viajes no son un destino, sino un camino que seguirá creciendo. Y en ese camino lo más valioso no son los materiales ni las técnicas, sino la certeza de que el arte textil puede convertirse en puente: un hilo que une a la tradición con la infancia, al juego con la memoria y a la comunidad con la esperanza.
Porque, al final, los hilos no solo sirven para unir telas, también sirven para unir corazones.