Boletín FAHHO No. 30 (May-Jun 2019)

EL LEGADO DE JOHN PADDOCK

Berenice Hernández Rochín

Desde épocas remotas, México alberga un mosaico cultural que ha superado los límites del tiempo y el espacio. Hoy, por medio del legado patrimonial depositado en una gran variedad de documentos, se abren incontables posibilidades para la investigación y el conocimiento de nuestras raíces.

Como ejemplo claro de fuentes tan significativas, el archivo personal del pionero antropólogo y arqueólogo estadounidense John Paddock Gibs (1915-1998) concedió a México y al mundo la referencia tangible de destacados estudios, referentes a la arqueología como vía de acceso directa para el estudio de culturas ancestrales.

El legado refleja el quehacer profesional de este singular explorador, quien comenzó su carrera junto al equipo de trabajo del Colegio de México en la ejecución de excavaciones en Tamazulapan Viejo de Oaxaca, en la Mixteca Alta y otros sitios como Yagul, Monte Albán, Lambityeco y Zaachila.

Posteriormente, asumió la Dirección del Museo Frisell de Arte Zapoteca y del Instituto de Estudios Oaxaqueños de la Universidad de las Américas, y participó en numerosas publicaciones notables como la serie Mesoamerican Notes del Mexico City College, el Boletín de Estudios Oaxaqueños de la Universidad de las Américas y como editor del libro Ancient Oaxaca, Discoveries in Mexican Archeology and History en 1966.

Como un experto en la cultura de Oaxaca, su dedicación se extendió de manera permanente con la impartición de cátedra y el desarrollo de investigaciones en campo y gabinete. Dicha trayectoria permitió la generación, atesoramiento y compilación de un rico acervo dedicado a la lingüística, historia, antropología y etnohistoria de Mesoamérica y Oaxaca, conformando así un testimonio inédito y especializado.

Por lo tanto, la documentación del archivo Paddock, como vía indiscutible para el estudio de la arqueología nacional, fue adquirida en el año 2011 por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca para su integración en la Biblioteca Juan de Córdova, y así tener la oportunidad de poner a disposición del público una propuesta cultural representativa para la investigación y consulta.

Lamentablemente, tras un periodo de abandono, gran parte de la documentación conformada por correspondencia, manuscritos, mapas, libros, artículos y tesis, material fotográfico y audiovisual diverso se deterioró, pues la falta de un espacio propicio para el resguardo y mantenimiento de los diversos soportes generó daños, en algunos casos tan graves que limitaron la libre manipulación, especialmente, del material fotográfico.

Por esta razón, Adabi de México, como especialista en la salvaguarda del patrimonio documental de la nación, asumió la generación y desarrollo del proyecto Estabilización del Archivo Personal y Fotográfico John Paddock, que de manera prioritaria consideró únicamente impresiones, negativos, placas, películas y documentación asociada por su fragilidad e inestabilidad material.

El proyecto arrancó con la revisión del estado de conservación general del fondo para el establecimiento de un plan de trabajo integral que asegurara el acceso, conservación y adecuado manejo de cada ejemplar. Puesto que los resultados de la evaluación identificaron deterioros causados por el polvo, inadecuado manejo, falta de protección y un considerable ataque de insectos, el proyecto solventó dos necesidades inmediatas: la estabilización y el registro documental.

Las actividades consistieron en instrumentar la conservación como parte medular, inicialmente desde dos niveles de acción: el primero consideró procesos inherentes básicos para el manejo y resguardo del material fotográfico, lo cual implicó limpieza, remplazo de materiales de almacenaje inadecuados, aplicación de sistemas de proyección de alta calidad e identificación y organización de cada ejemplar respecto a su origen de procedencia; posteriormente, a un nivel más profundo, tratamiento de roturas, deformaciones, presencia de cintas adhesivas y faltantes, entre otros efectos, como parte de una intervención mayor; esto permitió la estabilidad material de soportes frágiles. Así mismo, el levantamiento de un registro de inventario formal facilitó la identificación, organización y descripción de contenidos para el acceso de toda la información y el control físico de cada ejemplar.

Con este proyecto, una vez más se evidenció la importancia del rescate de fuentes de esta naturaleza, pues como testimonios de personajes tan comprometidos por el estudio de nuestros antecesores, ahora su contenido queda como un portal extenso disponible que da cuenta de gran parte de la cultura oaxaqueña depositada en diversos registros fotográficos.

Cabe resaltar que la aplicación de metodologías en proyectos de esta extensión es esencial, por lo que la documentación realizada por medio del levantamiento de un inventario preliminar permitió registrar cada uno de los vínculos preexistentes, ya que gran parte del material fotográfico se relaciona íntimamente con el resto del fondo (libros, manuscritos, notas, impresos etc.).

En conclusión, la existencia de fuentes de información como ésta implica un compromiso compartido que sólo pretende mantener la herencia cultural de nuestros orígenes como patrimonio de la nación y de la humanidad, para disfrute y conocimiento de generaciones futuras.

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