Boletín FAHHO Digital No. 5 (May-Jun 2021)

El enigma de Roccy y Rocco

Angélica Martínez

Hay grandes misterios del beisbol que nunca serán resueltos, como de dónde sacó Carlos Figueroa la supervelocidad para volar sobre las bases y ganar a la Diabla cierta noche, o por qué a don Jaime, nuestro vendedor de dulces típicos mexicanos, le gusta más que lo llamen “Sonriks”.

¿Alguna vez te has preguntado de dónde sacan sus superpoderes quienes dan vida a Roccy y Rocco?

Hacer reír a la gente no es cosa sencilla, debes tener carisma y naturalidad que enamore a la afición de todas las edades y, definitivamente, amar a tu equipo para hacer este trabajo duro e importante: ser quien inicie la porra, ser la imagen infantil del equipo, representar sus valores y, en todo momento, un gran bailarín. A la pareja más coqueta del beisbol mexicano le gustan mucho los partidos a la luz de la luna, pero cuando el sol nos acompaña el trabajo es titánico, pues el calor penetra a través de sus botargas de peluche que terminan mojadas por el sudor de un par de compañeros que, literalmente, “ganan su dinero con el sudor de su frente”.

Esos días están acompañados del doble de hidratación, algunos descansos durante el juego y un espacio para reponerse del calor, pero si nuestro equipo va abajo en la pizarra, no hay descanso, y junto a las Diablitas y al staff de cabina del estadio salen al campo a encender las tribunas para que nuestros jugadores sientan el apoyo y juntos logremos el triunfo, una misión muy importante.

Roccy y Rocco viajan en una maleta con rueditas, se transportan en auto, camión o en metro, y así llegan al estadio, o a cualquier lugar al que deban llevar esta pasión por los Diablos, a cualquier hora, cualquier día de la semana y en cualquier lugar, allí estarán para robar una sonrisa que alegre el día.

Sin duda, para ser las mascotas del equipo se necesita tener una gran condición física, conocer el juego y sus reglas para evitar recibir un pelotazo o interferir con el mismo, se necesitan unos buenos pasos de baile para arrancar suspiros, una dosis de buen humor y mucha imaginación para transmitir sin tener voz; también es necesario sentir que, al momento de ponerte una botarga, eres ese amoroso y divertido personaje que todos quieren abrazar, y eso.

Si alguna vez te has preguntado tantas cosas sobre Roccy y Rocco, quienes no dejan de apoyar al equipo, la respuesta es sí, su trabajo es difícil bajo una botarga y los rayos del sol. Y respondiendo la pregunta “¿De dónde sacan sus superpoderes?”, la respuesta es sencilla: al ver las caras de alegría de chicos y grandes, las fotos, las palabras en persona y los mensajes a través de las redes sociales, los aplausos en el estadio, el cariño que reciben a diario y el ver ganar a su equipo, eso los motiva para, saltar al terreno e invitar a la primera porra del juego.

Así que el misterio está resuelto: cuando amas incondicionalmente a tu equipo y lo que haces, los superpoderes son naturales. ¡Así es cuando eres Diablo!


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