El diseño de la estampilla
Hola, estimados amigos lectores del Boletín de la FAHHO, ha pasado un tiempo sin que pudiera presentar aquí algunos apuntes y reflexiones para la filatelia temática.
En estos tiempos, por la gravedad de la situación que enfrenta el mundo con el COVID-19, debemos hacer el esfuerzo de quedarnos en casa, entonces, hagámoslo con filatelia que siempre será un lugar donde podremos refugiarnos de la cruda realidad. Así que dediquemos nuestro tiempo a hacer lo que tanto nos gusta y por ahora estamos de vuelta.
En esta ocasión hablaré de las piezas interesantes por su relevancia en la producción de la estampilla, “el arte” detrás de ella, “la esencia” del impacto y además “añorada” pieza en las colecciones: el diseño original para la producción de una estampilla. Vamos a iniciar con el análisis del proceso de diseño de una estampilla (1).
El diseño definitivo es una pieza única, elaborada en distintas técnicas, desde grabado, lápiz de color, acuarela, oleos, fotografía, pasteles o técnicas mixtas e incluso digitales para darle vida a la ilustración de una estampilla. Este diseño no tiene grandes variantes al diseño impreso, en ocasiones los cambios son pequeños y se llevan a cabo en “pre-prensa”, sin embargo, no cambian la estructura del arte en él. Para llegar al final se pasa por un proceso de bocetos y/o propuestas preliminares que se descartan. La gran pregunta en esto es ¿cómo podemos identificar que son auténticos? La respuesta siempre es la misma: es casi imposible. No existe un grupo de expertos que certifique que esos “bocetos desechados” fueron elaborados previamente a la autorización de la emisión (2). Desde mi punto de vista, no creo que deban estar prohibidos, siempre y cuando exista la forma de probar que fueron elaborados como parte del proyecto de desarrollo de la estampilla. Como las firmas en él, algunos fechadores, certificados o decretos; aquí como ejemplo muestro dos casos.
Durante once años se llevó a cabo en México el concurso de diseño de estampillas donde todos los ciudadanos podían participar, para que el correo pudiera seleccionar una pieza de arte para la emisión del “Día Mundial del Correo”. Los finalistas, una pequeña selección de los participantes, pero no ganadores de la emisión, recibían un diploma con la firma del director general del Servicio Postal, director general de Operaciones del Servicio Postal y director general del Taller de Impresión de Estampillas y Valores. Quien adquiriera un diseño no aceptado de este año debería hacerlo por lo menos con el diploma que avalara la pieza. Cuando estuviera en exhibición, podría adjuntarlo en el mismo ejercicio y forma que un “certificado” se adjunta en la colección.
El boceto de Aire limpio vida sana (3) posee la firma de Emilio Obregón, quien fungió en su momento como asesor de filatelia en el Correo de México y muchas propuestas de emisiones en los años setenta fueron hechas y aprobadas por él, además, en este caso, el diseñador acepta el compromiso de la propuesta. Podemos observar la firma de Rojas, quien realizó el diseño definitivo.
Todos los diseños empleados para la fabricación de una estampilla tienen un gran valor filatélico, pero vamos a dejar clara una cosa: no son material raro, si bien es cierto que son materiales “difíciles de adquirir”, desde mi punto de vista, no es un material que podamos considerar escaso; y explico por qué. Si de manera obligatoria se requiere una pieza de arte para hacer una estampilla, solo imaginen cuántos diseños aprobados existen, al momento cientos de miles.
La dificultad está en adquirirlos, porque la mayoría está en posesión de archivos de imprentas o correos, así que los filatelistas tenemos que estar como “buitres” a la espera de la muerte (cierre definitivo) de alguna imprenta y que pongan esos archivos en posibilidad de ser adquiridos, pidiendo “al cosmos” no vayan a ser destruidos. Todos los diseños originales son muy interesantes y, por supuesto, algunos de mayor importancia que otros, por ejemplo, la relevancia de los países. Esto es esencial: un diseño para Corea es bueno, pero aún es mejor uno de Australia, técnicamente es el mismo criterio que con la selección de sellos para tu colección.
Otra de las cosas que comúnmente buscamos son los diseños de las estampillas, pero también están los diseños de enteros postales, portadas de booklets u otros materiales postales-filatélicos que forzosamente pasan por el mismo proceso.
En los eventos filatélicos me he topado con muchas de estas piezas, pero más de la mitad son diseños descartados –identificados como diseños no aprobados o diseños no aceptados– y de ellos solo un porcentaje muy bajo, me atrevo a decir que el 30% puede probarse que fueron parte de ese proceso, los demás no.
En conclusión, creo que todos tenemos claro que nuestra meta en las exhibiciones –desde las locales hasta las mundiales– es la puntuación. Uno de los principales objetivos es ganar puntos. Si ganar esos puntos depende de la calidad del material que integra nuestra colección, creo que buscar piezas con certeza de uso en el proceso es lo ideal, y si las encontramos, que sean manejables y no generen conflictos en el transporte y montaje.
Sigan haciendo filatelia, sigan disfrutando de este pasatiempo, nos leeremos pronto.
Saludos desde Querétaro.