El acervo como catalizadorde interrogantes
¿Acaso lo que aprendimos es lo único que existe? ¿Qué clase de conocimiento es el que nos da supremacía sobre otro? ¿Qué tan maravilloso sería poder preguntar aquello que no entendemos a quien lo vivió, experimentó, usó y concibió?
Una de las principales funciones de un museo es la protección y promoción del patrimonio natural y cultural que resguarda. Desde su apertura, el Museo Textil de Oaxaca tuvo como objetivo primordial el dar acceso al museo y a sus colecciones a investigadores, académicos e interesados en arte textil; sin embargo, quienes tienen un lugar muy significativo en las consultas que se ofrecen en el acervo del museo son los creadores, artistas, artesanas, tintoreros, tejedoras y tejedores, investigadores de comunidades (a veces muy remotas, a veces muy cercanas), ellos tienen siempre prioridad. En estas consultas es maravilloso el vaivén de los conocimientos: notas, observaciones y reminiscencias que nos permiten un acercamiento directo con las comunidades; se establecen vínculos, amistades y alianzas que tienden puentes de información que, al paso de 15 años, se han vuelto infinitos.
Por ejemplo, hace poco recibimos dos peticiones para consultar un tejido que, en la comunidad a la que perteneció, lleva varios años en desuso, ya nadie teje y se conserva un solo ejemplar al que no es posible acceder. Esta consulta representa un paso adelante en el proceso de rescate de una tradición textil que es parte de una práctica de tejido casi perdida desde hace poco más de 50 años.
Es gracias a este intercambio de información que se han llenado huecos, vacíos e inconsistencias, que se han verificado y confirmado unas más que, de otra manera, serían un punto de vista sesgado que no contemplaría los conocimientos que cada comunidad guarda sobre su propio patrimonio. La voz cantante la llevan las comunidades, y hacemos especial énfasis en no opacarla con la voz institucional.
Cada vez se vuelve de máxima importancia el respeto hacia los deseos de las comunidades en la toma de decisiones, tanto museísticas como ideológicas para su representación. Aunque lo que vivimos en estos años de pandemia ha frenado un poco los esfuerzos que se venían haciendo para acercar el museo a las comunidades, queremos resaltar que hace algunos días tuvimos nuestra primera consulta vía Zoom, en la que logramos conectar una cámara de alta resolución y fue posible, incluso, realizar una cuenta de hilos en la faja que observamos.
Si bien hemos sido testigos de que la tecnología está a nuestro favor, el factor humano es insustituible, pues a través del ojo y el tacto se crean descripciones fieles sobre colores, texturas y diseños. Es verdad que falta mucho camino por andar y métodos que perfeccionar, pero es nuestra intención ser esa herramienta útil que permita a todos resolver dudas e inquietudes, mano a mano entre conocimiento y tecnología: ciencia y vanguardia, pero también humanidad, empatía, amor y, sobre todo, interés. Adaptarse a los nuevos cambios es quizá la evolución más difícil que nuestra especie debe entender.
Les invitamos a revisar el procedimiento para realizar una consulta al acervo en este enlace: https://bit.ly/3Z9UrBk