DIANNA FRID DIALOGA CON LOS LIBROS ANTIGUOS
La Biblioteca Francisco de Burgoa de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca alberga uno de los fondos bibliográficos más importantes de México. A este lugar acuden con frecuencia investigadores que requieren información sobre historia, arqueología, arquitectura, filosofía, literatura o historia del arte; pocas veces son los artistas contemporáneos quienes se acercan a consultar los libros antiguos con el deseo de alimentar sus creaciones. Dianna Frid, cuya parte de su obra ha utilizado el formato del libro, externó su deseo de realizar y exponer obra artística en diálogo con los libros de la Biblioteca Burgoa. Tipografía, grabados, ilustraciones, notas marginales, la diversidad temática, la armonía en la composición de las páginas, el tipo de papel, las encuadernaciones, las manchas en el papel que deja el tiempo a su paso, el deterioro de los libros, las ranuras; en resumen, todo tipo de materia permeó en sus obras.
El libro es un objeto y un mundo para quien se digna a abordarlo. Contenido y materia son un recorrido íntimo, visual y tangible. Así, Dianna encontró gran variedad de formas en las que el libro se ha abordado de manera plástica y en contenido. A la vez impresionada y perturbada por el legado de investigadores que en el tiempo han intentado dar un orden al universo, creando y nombrando clasificaciones de aves, mamíferos, minerales y plantas, Dianna Frid aborda estos temas para llamar la atención al impulso humano de entender y clasificar a pesar de que el mundo que nos rodea es irreducible a cualquier orden. Así, en la obra de Dianna Frid, los mundos subterráneos de Atanasio Kircher y los catálogos de minerales de Ulises Aldrovando adquieren dimensiones y formas que nos invitan a ver y leer cualquier libro —ya sea de artista o del diario— con un entorno bibliófilo, con amor al libro.
La Biblioteca Burgoa invita a adentrarse en su laberinto interminable de conocimiento e ideas. No hace falta agobiarse ante la inmensidad bibliográfica, hay que dejarse seducir, como lo hace Dianna Frid, en la sutileza del orden, en el ritmo de las letras, en el trabajo manual que se percibe en cada pliego impreso, en la piel rugosa de sus encuadernaciones, en el encuentro con el pasado y la temporalidad relativa. Frid concibe el libro como una escultura material en la que cada persona es capaz de crear su propio mundo dentro y fuera de él.
Dianna Frid, como una polilla dentro de un libro, anota a través del tacto, construye sus propios caminos, forma cavidades, las páginas se vuelven su mundo y en él hace canales de su propia introspección. La Biblioteca Francisco de Burgoa acoge esta exposición como bocanada de aire fresco.