Boletín FAHHO No. 30 (May-Jun 2019)

DESAFÍOS AMBIENTALES DE MEXICO

Homero Aridjis

Los desafíos ambientales de México son múltiples, pero yo diría que los preponderantes son la gestión del agua, la generación eléctrica frente al cambio climático, la deforestación y la conservación de nuestra biodiversidad.

Cada año mueren dos millones de personas en el mundo por falta de agua potable. En México, nueve millones de personas carecen de servicios de agua. Nuestro país es el principal consumidor de agua embotellada en América Latina. El 40% del agua que se pierde en México se debe a las fugas en la infraestructura hidráulica.

Estamos secando los acuíferos por la deforestación, destruyendo la ecología natural de cuencas y ríos con la construcción de presas, sacrificando los humedales a la industria turística. Existe una grave sobre explotación de los mantos freáticos. Además del desabasto hídrico, se calcula que 70% de los cuerpos de agua superficiales en México están contaminados por una variedad espeluznante de sustancias químicas industriales, insecticidas, plaguicidas y fertilizantes empleados por la agroindustria, por aguas residuales, y hasta por antibióticos y disruptores hormonales que vienen de hospitales y de la industria farmaceútica. Para la salud de las poblaciones humanas, animales y vegetales y de los ecosistemas en todo el país, es urgente emprender programas genuinos de tratamiento del agua. Hace falta en México una Ley General de Aguas actualizada, pero que garantice plenamente el derecho al líquido. El gran debate es sobre la privatización del agua. Los defensores de la privatización argumentan que un sistema de mercado es el único modo para distribuir el agua, pero se ha comprobado que la venta del agua en el mercado no satisface las necesidades de los pobres. El agua privatizada va a quienes la puedan pagar. El agua fluye hacia el dinero.

Mientras unos llevan agua a su molino y otros están entre dos aguas, ante la imposibilidad de sacar agua de las piedras, recordemos las palabras de San Francisco en El cántico de las criaturas: “Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua, la cual es muy útil, humilde, preciosa y casta”.

2018 fue el cuarto año más caluroso de la historia. La política energética de México, enfocada en intensificar la extracción de combustibles fósiles al mismo tiempo que pretende combatir el cambio climático, es contradictoria. México es uno de los quince países que más generan emisiones de gases de efecto invernadero. Las propuestas de Andrés Manuel Lopez Obrador se han concentrado en invertir 5 000 millones de dólares en Pemex para la exploración y para aumentar la producción de crudo, con el plan de abrir veinte campos nuevos. Para reducir la dependencia sobre importaciones de Estados Unidos, propone construir una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, para la cual se estima un costo entre 6 y 8000 millones de dólares. Pretende que esté terminada en tres años, pero los analistas energéticos advierten que el tiempo real de construcción sería entre cinco y seis años, y su costo sería el doble o triple. Hasta la fecha no se han presentado estudios sociales, económicos, energéticos y ambientales sobre costos, beneficios y planeación de la Refinería de Dos Bocas. También promete modernizar las seis refinerías existentes.

De 1990 a 2015, en México se incrementaron las emisiones de dióxido de carbono en 54%. Solo se podrán bajar las emisiones reduciendo el uso de los combustibles fósiles en el transporte, la industria, la generación eléctrica y otras fuentes.

Muy poco se ha dicho hasta ahora de las energías limpias y renovables, y nada de la eficiencia energética. El presidente ha hablado de presas hidroeléctricas, cuya construcción suscita problemas sociales y ambientales para los grupos indígenas y otras comunidades locales. En diciembre de 2016 el profesor James Ramey y yo propusimos construir una frontera solar con Estados Unidos, en lugar de que se levante un muro de concreto. Nuestro artículo en el Huffington Post tuvo un millón de likes. Planteamos la construcción de una enorme red de parques solares a lo largo del lado mexicano de la frontera. Estos parques serían financiados por inversionistas privados que capitalizarían uno de los territorios con mejor luz solar en el planeta. A las ciudades e industrias aledañas a la frontera se les podría proveer de energía limpia y asequible. Plantas desalinizadoras a base de energía solar podrían surtir de agua a zonas desérticas y áreas agrícolas que están en un mayor riesgo de sequía debido al calentamiento del planeta.

México cuenta con uno de los recursos solares más altos del mundo, que podrían multiplicar por 75 veces la capacidad total de energía solar en el país. Hago un llamado a Andrés Manuel López Obrador, Rocio Nahle, y Manuel Bartlett para que se adopte esta propuesta, que transformaría a México en un líder mundial en la lucha contra el cambio climático.

No creo que el hombre descanse hasta que haya extraído la última gota de petróleo del planeta, ya sea de las vastas reservas de Arabia Saudita, del lecho profundo del Golfo de México a 3 000 metros debajo del nivel del mar, o de las arenas bituminosas de Canadá. Tampoco va a dejar de utilizar el carbón, la fuente de generación de energía más contaminante, y la cual suministra el 40% de la energía consumida en el mundo. La última mala noticia en nuestro país es la reactivación de la venta de carbón en Coahuila a la CFE.

Otro desafío apremiante es la deforestación. Los bosques en el sureste de México están ahora en riesgo por el Tren Maya, el proyecto insignia de la nueva administración. Pasará por Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, donde se encuentran algunos de los tesoros naturales y arqueológicos más importantes de México. Estos estados también albergan hábitats críticos de una biodiversidad asombrosa. México es uno de los 17 países megadiversos, donde se encuentra el segundo mayor número de ecosistemas del mundo. Sin embargo, sus bosques y manglares están desapareciendo a un ritmo alarmante.

En Campeche, el Tren Maya atravesará la Reserva de la Biósfera de Calakmul, la reserva de bosques tropicales más grande de México. Contiene más de 6500 estructuras y se encuentra en el corazón de la segunda extensión más grande de bosques tropicales en las Américas (después de la selva amazónica). Es el tercer hotspot de biodiversidad más importante del mundo, con cien especies de mamíferos, entre ellos los jaguares, animales emblemáticos de la mitología maya y mexica. Sin embargo, una vez que el tren la haya penetrado, la consecuencia inevitable será la migración interna sin control y el desarrollo salvaje a expensas de la naturaleza. Además, los bosques tropicales se enfrentan a mayores riesgos por el cambio climático que los demás ecosistemas vegetales terrestres.

Habrá protestas, no sólo en México, sino en todo el mundo, si se realiza contra toda prudencia un megaproyecto que provocará la fragmentación y la destrucción de uno de los últimos bosques vírgenes de Mesoamérica. La pobreza se erradica mejor a través de la educación y la provisión de servicios básicos como atención médica, vivienda, agua potable, alimentos nutritivos, empleos y proyectos sostenibles y productivos que permitan a las comunidades prosperar en sus propios términos y tradiciones.

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