Boletín FAHHO Digital No. 17 (Ago 2022)

Del barrio tradicional a la ciudad turística:
entrevista a una vecina del Centro Histórico

Casa de la Ciudad —¿Cuándo te mudaste al centro histórico de Oaxaca?

Vecina —En abril de 2017. Donde llegamos a vivir son 14 o 18 departamentos, rentan a familias y comerciantes.

¿Cuánto lleva ahí la persona que más tiempo ha habitado el inmueble?

—Es una señora mayor de edad que ha vivido ahí cerca de 25 años, y lleva tanto tiempo porque trabaja cerca de la zona. La otra persona es un señor, igual mayor, y él lleva 18 años.

—¿Cómo es vivir en el centro?

—Muy accesible, porque la zona donde trabajamos mi esposo y yo está a pocas cuadras, entonces, para nosotros resultó muy bueno. Las facilidades para ir y venir, es realmente agradable porque puedes salir, caminar y regresar. Bueno, eso fue en los primeros años, porque al lado de la casa habilitaron un edificio –que era una escuela– y justo da con la parte trasera del edificio y ahora es como, pues, la banda en vivo, la música, el mariachi a altas horas de la noche… Y de ahí fueron saliendo más negocios alrededor: un hotel a puerta cerrada y un bar con música en vivo. Ya no hay un respeto de los horarios, se extienden hasta las 3 o 4 de la mañana con el sonido, y de repente ya ves a las patrullas y dices ¿Qué está pasando? ¿Es seguro? También frente a la casa abrieron, recientemente, un negocio de Airbnb, es lo que domina muchísimo, y no son tan perceptibles, pero viviendo en el lugar es que te das cuenta de que no hay una familia constantemente, no hay una convivencia vecinal, ves a un habitante unos días, está ahí una semana, y ya se fue.

—Sé que próximamente vas a deshabitar ese inmueble, ¿cómo se les notificó?

—Fue un rumor que venía desde hace ya un par años, como por el 2019, que escuchamos la noticia de que iban a venderlo. Al poco tiempo, nosotros nos pusimos en contacto con el casero –que realmente son 3 o 4 los propietarios–, entonces nos dijeron: “No, no tenemos planes de venderlo o de rentarlo, todo sigue igual”. En el 2020 volvió a surgir el rumor, pero para esto ya había dos, tres visitas de ciertas personas al edificio, como unos cuatro grupos de personas diferentes, y una de estas últimas visitas fue en julio de 2021. Entonces, en marzo de este 2022, se acercaron con nosotros, nos hicieron una última renovación de contrato, pero no fue el casero que nosotros conocíamos sino una tercera persona y en este contrato se estipula que en caso de que ellos quisieran antes el inmueble, estaban en su pleno derecho y realmente no te queda más que firmar. Entonces, llegó abril y nos dieron dos meses para desocupar, a algunos vecinos les cambiaron las fechas, como que las condiciones para cada uno han sido diferentes.

¿Qué viene para ustedes ahora?

—Ahorita tenemos la fecha del 30 de junio para desocupar. Sí quisimos saber en qué ocuparían la casa y nos enteramos que hicieron un convenio con una empresa de Puebla para darle un nuevo uso al edificio, se sabe que va como para un hotel o un Airbnb. Entre el ámbito financiero, entre que no lo esperabas y entre la acumulación de necesidades que tienes que resolver pues ya de manera inmediata, tenemos una presión por no encontrar algo accesible dentro del Centro Histórico, las rentas son por semana, por día. Buscar una renta es irte tal vez a las zonas conurbadas, es como la única opción, realmente.

Este es un ejemplo local de un fenómeno global que inició hace muchos años y que es especialmente notorio en los centros de las ciudades. El tema de la vivienda y su relación con las dinámicas financieras es complejo y sensible, requiere entenderla no solo como un bien económico, sino desde su dimensión social. Es importante reconocer que las prácticas actuales benefician el uso de los inmuebles, en sitios históricos, como una mercancía antes que como viviendas.

Para leer la entrevista completa, visita nuestro blog en: https://bit.ly/CasadelaCiudad

Y para consultar material respecto a este tema visita nuestro acervo especializado en urbanismo.


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