Boletín FAHHO Digital No. 20 (Nov 2022)

De la vía angosta a la vía ancha

Diana Pascual

Conscientes de la importancia y la necesidad de dar a conocer nuestra historia, el Baúl de la Fundación Alfredo Harp Helú de Oaxaca surge como respuesta a esta necesidad, dando lugar a un repositorio donde los proyectos apoyados por dicha fundación ponen al alcance del público interesado y curiosos una gran variedad de libros, manuscritos, fotos, textos, acervos postales y de arte textil digitalizados.

Así, al término del proyecto de organización, restauración, estabilización y digitalización de los diferentes elementos que componen la colección Manuel R. Palacios, estos serán puestos en el Baúl a disposición del público para continuar con el compromiso de la FAHHO, Adabi Oaxaca y el Museo Infantil de Oaxaca de preservar y difundir la historia ferroviaria en nuestro estado.

A continuación les contamos detalladamente sobre uno de los elementos más importantes que resguarda el Fondo Manuel R. Palacios: la revista Ferronales.

El sueño de unir a Oaxaca con el resto de la república a través de vías férreas surgió en 1848 con el presidente Benito Juárez; pero fue hasta 1889 que comenzó la construcción de esta línea, impulsada por Matías Romero y Porfirio Díaz.

El 13 de noviembre de 1892 se inauguró, finalmente, la Estación del Ferrocarril de Oaxaca, por el gobernador Gregorio Chávez y el presidente Porfirio Díaz. Durante sesenta años, pequeños trenes de vapor atravesaron los valles y las montañas oaxaqueñas, llevando y trayendo consigo ilusiones, recuerdos y esperanzas. Pero esto terminó en 1952.

El 10 de agosto de ese año partió el último tren de vía angosta de la ciudad de Oaxaca. Impulsado por la locomotora NM226, el convoy fue despedido con música, arreglos florales, entonaciones del himno nacional y lágrimas; escena que se repitió a su paso por Telixtlahuaca, Las Sedas, Parián, Anonas, Santa Catarina y Tomellín.

Nueve días después de tan emotiva despedida, partió de la estación de Buenavista, en la Ciudad de México, el tren de vía ancha que serviría de prueba para el recién construido tramo entre Puebla y Oaxaca. Remolcado por la locomotora de diésel 6300 llevó consigo los carros 1111 y 1247, el pullman “Ignacio Zaragoza” y los coches especiales 3539 y 3518.

El 20 de agosto de 1952 entró a los andenes de la estación de Oaxaca el primer tren de vía ancha. Materialmente cubierto de flores, fue recibido entre gritos de júbilo y agradecimiento al presidente Miguel Alemán y al entonces gerente general de los Ferrocarriles Nacionales de México, Manuel R. Palacios, quien fungió como maquinista en tan importante momento.

En octubre, tras la prueba de la vía ancha, comenzaron los preparativos para su inauguración. Manuel R. Palacios convocó entonces a un concurso de carteles bajo las temáticas “La nueva vía ancha” y “Oaxaca turístico”.

Los artistas mexicanos no tardaron en responder y con las obras reunidas se realizó una exposición en el patio del Palacio de Iturbide, en la Ciudad de México. De este concurso resultó ganador, en el tema “Oaxaca turístico”, Juan Renau, y en “La nueva vía ancha”, Mauricio Devaux.

El relato contado hasta ahora ha sido reconstruido gracias a diferentes artículos de revistas Ferronales1
que forman parte del archivo histórico Manuel R. Palacios, un acervo donado a la FAHHO por la familia
Palacios, y que ha quedado a resguardo en la antigua estación del ferrocarril.

Algo que llama la atención es que la última mención de la inauguración de la vía ancha, en dichas revistas, es en octubre de 1952, justamente con el concurso de carteles. Resulta extraño que en adelante no se haya escrito acerca del evento de inauguración, a pesar de la precisión que caracterizó a los escritores de Ferronales.

Aunque a primera vista podría considerarse que esta historia quedó inconclusa, gracias a la amplitud del archivo Manuel R. Palacios y al trabajo de organización, restauración y estabilización hecho por el equipo de Adabi Oaxaca se ha podido conocer más información respecto a este periodo.

Dentro de los documentos particulares del Lic. Palacios se encontró una carta escrita por su secretario particular, el Lic. Juvenal González Gris, dirigida al entonces gobernador de Oaxaca, Manuel Cabrera Carrasquedo. En la misiva se notificaba de la llegada del presidente Miguel Alemán y “119 invitados más” entre los días 22 y 23 de noviembre para la inauguración de la vía ancha.

Asimismo, en el archivo se encuentra un documento fechado el 23 de noviembre de 1952, etiquetado como “Discurso pronunciado por el señor Licenciado Manuel R. Palacios, en la ceremonia inaugural de las obras de ensanchamiento del Ferrocarril Mexicano del Sur. México-Oaxaca”. En este discurso se cuenta la historia de los ferrocarriles en la república, los cuales representaron un superávit que fue disminuyendo a medida que las máquinas y su equipo fueron desgastándose y su conservación, abandonada.

Los estudios realizados al interior de Ferrocarriles Nacionales de México sobre las condiciones económicas prevalecientes en la línea, arrojaron que hubo un incremento natural y constante de la carga a partir de 1934, lo que justificó la necesidad del ensanchamiento de la vía. A partir de ese momento comenzó la modernización de la vía angosta para dar paso a la vía ancha.

Este monumental proyecto, en el tramo que une a Puebla y Oaxaca, requirió de 978910 m3 de tierra para reforzamiento de terraplanes, y 631 000 m3 del mismo material para la ampliación de cortes. La obra exigió el reforzamiento de 1111 puentes que permitieron el paso de trenes de gran tonelaje.

En líneas de menos frecuencia de tráfico se utilizaron 52 742 toneladas de rieles de 60 y 85 libras, procedentes de las líneas que fueron renovadas. Para las rutas con mayor demanda y curvatura se utilizaron 14 560 toneladas de riel nuevo de 112 libras, procedentes de Francia, y se consolidó la vía con un total de 1 045 520 metros cúbicos de balasto.

Gracias a la documentación particular del gerente, Manuel R. Palacios, que ha sido organizada recientemente por Adabi, sabemos que en esta obra trabajaron 3000 hombres de la administración de los FNM, en su mayoría del departamento de Vía, pemachadores de puentes y tanques, puenteros, albañiles y cuadrillas regulares, en cuyos esfuerzos se reconoció que la mayor riqueza de un país está en su gente.

La continuación de la historia no retratada en la revista Ferronales, sobre la ampliación de la vía ha sido realizada gracias a la documentación particular del Lic. Manuel R. Palacios, misma que fue resguardada por su familia. En ese sentido, hacemos una invitación a reconocer la riqueza que se encuentra en archivos personales, fotográficos, acervos documentales y objetos patrimoniales.

1 El último tren de vía angosta en la línea del mexicano del sur. José Antonio Rodríguez, agosto 1952. La ofrenda del pueblo. Mariano Franco M., septiembre de 1952. Concurso de carteles sobre la nueva vía ancha de México a Oaxaca, octubre 1952.


Lo sentimos, la página que buscas no existe.

¡Muchas Gracias!
En breve nos pondremos en contacto contigo.