De apariciones y presencias
Iván interrumpe su comida para ver a una de las presencias. Primero es solo una sombra, pero enseguida se convierte en una niña pelirroja que flota y baila en el otro extremo de la mesa. La madre de Iván, Dorota, le dice que es un fantasioso, que en esa casa inmensa de techos altos, ventanales y jardín exuberante solo viven él y ella.
Pero el pálido y enfermizo Iván sabe que no es cierto. No solo está esa otra niña, hay muchos más y no todos llegan bailando. ¿Por qué la madre de Iván insiste en negar las visiones del niño? ¿Por qué le ha impuesto tantas restricciones? Las ganas de seguir leyendo aumentan con el enigma: sabemos que la madre intenta calmar alguna ansiedad con tantas prohibiciones, alguna cosa oculta, pero no conseguimos entender qué es. Más aún: ¿a quién le creemos? Lo que leemos, lo que sospechamos, ¿sucede de verdad o es fantasía?
Escucha las sombras bajo el palmar, de Mariana Osorio Gumá, es una narración que inquieta, con una voz susurrante que abreva de un tipo de historias que los estudiosos llaman “cuento sobrenatural”. Las atmósferas y los personajes en algo recuerdan también a El jardín secreto de Frances Hodgson Burnett, o aquel cuento clásico de terror “Sredni Vashtar” de Saki. Y la casa, otro personaje en sí mismo, conduce a autores como Edgar Allan Poe y E. T. A. Hoffman. Te lleve a donde te lleve, el suspense sostenido en Escucha las sombras bajo el palmar aumentará tus palpitaciones hasta saber la verdad.
Y volviendo a Hoffman, recomiendo en particular la antología El misterio de la casa desierta y otros relatos. Hoffmann es uno de los maestros del relato fantástico que influyó a muchos otros. En el cuento que da título a esta antología, una casa parece contener otro mundo habitado por almas en pena. O algo así, no está muy claro y el protagonista se obsesiona con descubrir qué hay detrás de esa fachada tapiada, sobre todo después de que, una tarde, ve tras una ventana el brazo de una mujer.
Las historias de casas siniestras o malditas surgieron con El castillo de Otranto (1765) de Horace Walpole (también considerada la primera novela gótica) y Los misterios de Udolfo (1794) de Ann Radcliffe. En esa línea, y sin olvidar las apariciones o presencias, se encuentran: “Napoleón y el espectro” (1833) de Charlotte Brontë, “El Horla” (1887) de Guy de Maupassant, “La cena” (1912) de Alfonso Reyes, “El Fantasma” (1928) de Catherine Wells y “Casa Tomada” (1947) de Julio Cortázar… y dando un salto de 70 años: La casa de los tres perros de Agustín Cadena (2017) y El fantasma de la casa del lago de Ana Romero (2017).
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2 Mariana Osorio Gumá, Escucha las sombras bajo el palmar. México, Ediciones Castillo, 2016.
3 E. T. A. Hoffmann, El misterio de la casa desierta y otros relatos. México, Ediciones Castillo, 2015.