Boletín FAHHO No. 9 (Nov-Dic 2015)

CORRESPONDENCIA IMAGINARIA

Rocío Quintana / Alfredo Harp Helú

Carta a un amigo

Oaxaca, Oax., a 25 de marzo de 2015.

Estimado Sr. Harp Helú:
Desde hace mucho tiempo he tenido la intención de escribirle estas líneas para agradecerle las grandes obras que ha hecho por mi ciudad y para preguntarle qué lo ha impulsado a hacerlas.

Lo primero, y que es muy importante, es darle un agradecimiento desde lo más profundo de mi corazón por haber tomado de la mano el maravilloso programa de lectura Seguimos Leyendo, al cual tengo gran honor de pertenecer desde que la fundación que lleva su nombre lo tomó en sus manos. Agradecerle también que nos motive a seguir leyéndoles a los niños en las escuelas en donde comenzamos hace seis años, a seguir preparándonos más en nuestras lecturas a través de los cursos y talleres que durante todo este tiempo nos ha regalado trayéndonos a grandes talleristas del mundo de las letras.

Agradecerle también el lado humano de la responsable de este programa, la Dra. Socorro Bennetts, a los coordinadores que a lo largo de estos años nos han acompañado en este camino; unos se han ido y otros nuevos se han unido.

Hemos tenido momentos alegres, también tristezas, desilusiones, frustraciones… Todo esto se olvida cuando veo las caritas sonrientes y el júbilo de los niños cuando nos ven llegar con nuestros cuentos. Todos los lectores hemos formado una gran familia y juntos hemos recorrido un gran camino.

Muchos han entrado al programa y muchos han salido y unos pocos nos hemos quedado porque este programa nos ha dado vida. Quisiera preguntarle qué lo ha motivado para hacer tantas cosas fantásticas en beneficio de esta ciudad. Entre otras, la Casa de la Ciudad, la Biblioteca BS, el Convento de San Pablo, la Casa de la Cacica y otras cosas que escapan de mi conocimiento. Todo esto lo ha hecho con el apoyo y la motivación de su apreciable esposa la Dra. Grañén, a la cual le declaro mi admiración por ser una persona culta y a la vez sencilla en su trato.

Me despido de usted, enviándole una vez más mi profundo agradecimiento. Gracias.

Rocío Quintana, una lectora voluntaria.

Respuesta imaginaria que Gloria Elizabeth Rocío Quintana se hace del amigo

2 de abril de 2015.

Estimada Rocío:
Me da un gusto enorme recibir sus líneas, no pienso que las personas del programa que tanto éxito ha tenido se tome el tiempo y la dedicación para escribirme detallándome el buen desempeño de las personas que están a cargo del mismo. A veces no me doy cuenta de todo lo que la fundación hace porque tengo muchas preocupaciones que abarcan mi tiempo y mi atención.

Todo esto que usted dice que hago en obras para beneficio de la ciudad y del estado es un poco devolver algo de lo mucho que la vida, el trabajo y la disciplina me han dado; y, créame que lo hago con un gusto enorme y gran satisfacción de poder ayudar a que se logre los sueños de los niños y las personas que tienen ganas de hacerlos realidad.

Tuve una formación lasallista y unos padres que me enseñaron valores que desde siempre pongo en práctica y me siento y soy feliz con lo que hago. Es cierto que cuento con una magnífica compañera que comparte mis gustos y aficiones y me apoya en todo lo que he hecho y sé que lo seguirá haciendo.

Gracias por sus líneas y espero que éstas no sean las últimas que podamos compartir.

Atentamente

Alfredo Harp Helú

Respuesta del amigo

Oaxaca de Juárez, Oax., a 12 de octubre de 2015.

Estimada Rocío Quintana:
Recibí su carta con su respuesta imaginaria y decidí hacerla realidad. Me gusta recibir cartas, quizá por mi afición a la filatelia o quizá porque es una buena forma de hacer llegar las palabras.

Como bien sabe, las sonrisas de los niños nos hacen la vida más amable, nos motivan. Pareciera que los lectores voluntarios se nutren de sus lecturas para llevarlas a los pequeños y resulta que además de dar, ustedes se enriquecen ante los rostros atentos de los niños y su infinita imaginación, esa es la manera de corresponder a las emotivas palabras literarias con un gesto de cariño. Su trabajo, sin duda, es reconfortante.

Los habitantes de nuestro asombroso planeta estamos necesitados de amor y la Fundación que lleva mi nombre trabaja precisamente para compartir experiencias, sueños y oportunidades a México. Cada uno de los proyectos que encabezo son gestos de amor de un equipo eficiente y profesional que desea, igual que usted y yo, hacer un mundo más humano. Es un círculo virtuoso al que diariamente se suman más voluntades y juntos generamos compromisos que nos permiten llegar a rincones jamás imaginados. Esos lugares son tierra fértil, en ellos brotan semillas que, como en nuestros huertos orgánicos, generan alimento para el alma. Ese resultado inesperado es gratificante, me hace muy feliz y nos impulsa a seguir trabajando más por nuestra amada Oaxaca que tantas bondades ofrece diariamente.

La invito a seguir leyendo a los niños, a contagiarles el amor por la lectura y a cumplir con un compromiso personal que hemos decidido seguir.

Con aprecio:
Alfredo Harp Helú

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