Boletín FAHHO Digital No. 14 (Abr 2022)

Contexto del premio otorgado por el ICOMOS México

Ana Rodríguez

Cada pliegue de la gran hoja arrugada que para muchos describe la sinuosidad orográfica de Oaxaca, conserva un fragmento del patrimonio de México y del mundo, un amplio territorio conformado por una basta cantidad de comunidades y de riqueza natural en la que convive también el ingenio productor y artífice del hombre. 193 países, entre los que se encuentra México, integran una comunidad internacional que tiene por objetivo identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio.

Esta cooperación en favor del patrimonio se ratifica en la Convención de Patrimonio Mundial aprobada durante la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que se celebró en 1972, en donde se estableció la “Lista del Patrimonio Mundial”, integrada por los sitios considerados como el patrimonio cultural y natural más importantes de nuestro planeta con un “valor universal excepcional”. En materia de patrimonio cultural, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) es el organismo asesor no gubernamental de la UNESCO encargado de la integración de bienes en la Lista del Patrimonio Mundial. Actualmente son 1 155 sitios de 167 estados en todo el planeta los que conforman esta lista, y México ocupa el séptimo lugar entre los países con más sitios declarados como Patrimonio Mundial.

Desde el año 2001, el premio Federico Sescosse Lejeune es la máxima distinción entregada anualmente por ICOMOS México A. C. a quienes han subrayado en la preservación del legado cultural y natural de México una trayectoria admirable. Dicho galardón fue otorgado el pasado mes de enero a la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. A finales de 2021, don Alfredo Harp recibió del arquitecto Salvador Aceves García, miembro de ICOMOS México, la invitación a ser postulado al premio Federico Sescosse, y una vez más, don Alfredo mostró su generosidad y sencillez de servir a México acogiendo la propuesta de postulación solo si se realizaba para la FAHHO, expresando en esa acción dicha gratitud al trabajo esculpido por todo un grupo de personas que lo han acompañado en la labor filantrópica con cada proyecto de la Fundación a lo largo de 28 años.

El equipo conformado por más de 300 personas, y sus fundadores, Alfredo Harp Helú y su esposa la doctora María Isabel Grañén Porrúa, nos sentimos honrados de ser la primera institución de la sociedad civil en recibir el premio Federico Sescosse Lejeune y traerlo a Oaxaca por cuarta ocasión, luego del premio de 2003 que distinguió la labor del artista juchiteco Francisco Toledo, el de 2005 del profesor Antonio Martínez Sánchez, originario de San Pedro Yucunama, en la Mixteca Alta, y el otorgado en 2020 a la arqueóloga Nelly Robles García, también originaria de la Mixteca.


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