CONCIERTOS POR AMOR A MÉXICO
Se ha dicho repetidamente que la música es un alimento para el alma, y por más que se diga, no deja de ser verdad. La música, me atrevería a decir, como ninguna otra manifestación artística, hermana las almas, las une desde lo más profundo del ser. Provoca emociones que pueden ser palpables y compartidas al unísono. Es por eso que en las diferentes culturas del mundo la música está siempre presente en los rituales espirituales y religiosos, así como en las festividades más importantes.
Tengo especial preferencia por la música, me ha gustado desde pequeño, y he tratado de fomentarla en múltiples proyectos que ha patrocinado la fundación que lleva mi nombre. Uno de mis favoritos fue la restauración de varios órganos históricos, unos en el estado de Oaxaca y, en especial, los dos de la Catedral Metropolitana. Qué alegría poder ser parte de ese gran rescate en la Ciudad de México y unirme al trabajo del entonces Conaculta, el INAH y las autoridades de la Catedral Metropolitana. Ambos órganos pedían a gritos ser restaurados. Era preciso recuperar su belleza y su sonido original, así que se buscó en todo el mundo a los expertos que pudieran restaurarlos hasta encontrar el taller de Gerhard Grenzing. Fue un trabajo arduo, de varios años, ya que estos dos monumentos de varios pisos se desmontaron por completo y tubo por tubo, pieza por pieza, escultura por escultura se limpiaron, restauraron y conservaron para recuperar su grandeza. Esta labor titánica de nada serviría si no escuchamos la fuerza de los sonidos que son capaces de producir. Después de ver el resultado del primer órgano, el segundo, el de la Epístola, fue restaurado en memoria de mi muy amado hijo Alfredo Harp Calderoni.
El día del primer concierto, después de haber sido restaurados, escuchamos un diálogo maravilloso entre los dos órganos. Los sonidos iban y venían en una conversación sin igual. Quedé tan entusiasmado que pensé que era necesario seguir fomentando conciertos de este tipo.
Le propuse a Olivia Gorra, una de las voces más hermosas del país, realizar un par de conciertos. Acordamos que el motivo fuera por el amor a México, y qué mejor ocasión para invitar al organista de la Catedral de Notre Dame de París, Johann Vexo, para que tocara en nuestra Catedral. Qué honor para nuestros oídos y qué privilegio para nuestra alma saber que estos monumentos nacionales tocan por la gloria y el amor a México.
Alfredo Harp Helú
8 de agosto de 2019.