Colección Fotográfica Irmgard Weitlaner: la tradición del tocado en Cuetzalan, Puebla
El trabajo realizado en la BIJC durante la pandemia permite apreciar —al margen del trabajo de catalogación—el contenido mismo de las colecciones; por tal motivo es imposible no detenerse en las fotos y documentos que pasan por nuestras manos. En el siguiente escrito daré un ejemplo de lo que llamó mi atención entre las miles de fotografías tomadas por la maestra Irmgard Weitlaner (1914-2011) durante sus diferentes viajes, esperando que también despierte la curiosidad del lector.
Durante 1930 existió una importante prenda femenina de uso cotidiano, conocida como tocado o sinta, en la Sierra Norte de Puebla, particularmente en Cuetzalan, una pequeña comunidad que se oculta entre la neblina, cerca de las tierras bajas veracruzanas. Anteriormente, era común que niñas, mujeres adultas o ancianas salieran a cortar café con la sinta anudada a la cabeza, pero desde 1960 su uso disminuyó y actualmente es empleado solo para eventos festivos o alguna ceremonia.
Dicha prenda ha recibido varios nombres, tales como sinta o masehual sinta (adaptado al español), pero en náhuatl se le conoce como mastauat (maxtahuatl);1 además de otros nombres como tlacoyal, rodete, copete, tocado, turbante o cordones. La sinta, además de adornar a la mujer, también señala su lugar de nacimiento y residencia.
En la actualidad, el maxtahuatl puede medir hasta siete metros de largo —aunque anteriormente era de seis metros— y se emplean de 22 a 25 cintas o cordones de lana de borrego teñida, con un grosor de dos centímetros. En 1939 se usaban cintas de color verde o morado. Un modo sencillo de explicar su colocación es el siguiente: el cabello se divide a la mitad, como si se fueran a hacer dos coletas, una a cada lado de la cabeza, luego se colocan los cordones en la nuca y se empiezan a enrollar con el cabello para ir levantando el rodete. Por su tamaño y peso, este tipo de tocado puede ser un reto para la mujer que lo porta, ya que implica mantener el equilibrio y saber coordinarse al caminar.
Arriba podemos ver a una mujer nahua sentada en el suelo y empleando sus pies para sostener y coordinar las cintas que va a colocar detrás de su nuca, y que empieza a enrollar con su cabello para formar un gran rodete. Finalmente es asistida por una mujer de edad avanzada que da los toques finales. Para rematar, inserta un quechquémitl de gasa encima o dentro del tocado2 que sirve, o servía, para proteger el color de los cordones.
Los múltiples registros históricos que se resguardan en la BIJC son un testimonio de la inagotable creatividad y diversidad de las culturas de México. Desde la biblioteca lo celebramos y deseamos la pronta reapertura de este espacio para compartir con nuestro querido público las diversas colecciones.
1 Recuperado de https://www.culturaspopulareseindigenas.gob.mx/pdf/libros/Las_gasas_digital.pdf
2 Fondo Fotográfico Irmgard Weitlaner Johnson: Positivos, caja 10, RE: 059. Nahuat. Oct. 1963. Cuetzalan, Puebla.