Cincuenta mil visitantes, cincuenta mil historias

Los museos adquieren vida en el momento en que los visitantes se adentran en sus salas, mientras que las exposiciones cobran sentido hasta que la gente se apropia de ellas. Qué fortuna es decir que el Museo Diablos ha sido partícipe de este fenómeno de alquimia entre historia, arte, beisbol y la nación escarlata.
Con tres exposiciones temporales en nuestro haber y cambios en nuestra gran exposición permanente, desde abril de 2022 muchos han sido los momentos que se quedan grabados en las paredes del museo, pues así como nuestra afición es diversa, también lo son las emociones vividas a través de lo que cuentan sus visitantes frente a nuestras vitrinas y pantallas. Como aquellos que desde la entrada preguntan por Cananea Reyes y que, al encontrarlo, aplauden como si aún estuvieran en el Parque del Seguro Social reviviendo aquellas épocas. Están las familias en donde los diablos de antaño les platican a los más jóvenes de su grupo cómo sintieron la transición hacia el Foro Sol, o cómo fue ver a Daniel Fernández o a Nelson Barrera jugar en este parque. También se escuchan historias del Fray Nano y las veladas en la LIM, o el impacto que ha tenido el Estadio Alfredo Harp Helú desde que aquel compañero de trabajo los invitó a su primer juego de beisbol.

Pero el museo no solo funciona como una ventana al pasado, también es espejo de las maravillosas temporadas y récords que el equipo escarlata rompe día con día, tanto en el beisbol como en las nuevas disciplinas que ha abarcado, softbol y basquetbol. Trevor Bauer y Robinson Canó son de los más buscados estos últimos meses, y el hecho de tener expuestos los spikes que usaron en la misión 17 es un regalo para nuestros visitantes. En cuanto a nuestra área dedicada al softbol, ha sido realmente significativo el que jóvenes y niñas, que difícilmente pueden encontrar mujeres deportistas en algún espacio expositivo, ahora también puedan verse reflejadas en nuestras campeonas. Verlas ocupar un espacio que supera los 4 metros de altura es una metáfora museográfica femenina tan fuerte como conseguir la copa de la LMS este año.
Y es precisamente ese el propósito de este museo: ser un recordatorio constante de lo que significa pertenecer al equipo y de ser un diablo. Nuestra historia de más de 85 años, narrada en 16 salas, da cuenta de todo el esfuerzo y trabajo de la organización deportiva más ganadora del país. Gente fuera y dentro del terreno, en gradas o siguiendo las transmisiones, todos formamos parte de esta nación escarlata que crece cada temporada, al igual que nuestra historia incomparable.