Cinco años de ser MIO
Hablar de la Antigua Estación del Ferrocarril, terminal Oaxaca, es hacer un viaje a su historia: relatos de fantasía, anécdotas de ferrocarrileros y viajeros, así como sueños de la infancia; y es que cuando hablamos del ferrocarril es inevitable no soñar.
Con el ánimo lleno de esperanzas fue que en 1879 se colocó la primera piedra para la construcción del complejo de la Estación del Ferrocarril. De igual manera, en 1882 se sembró el higo de la Estación por el entonces gobernador del estado, el general Gregorio Chávez, como símbolo del término de la obra y el inicio de su funcionamiento para conectar a Oaxaca con el resto del país.
Quién hubiera imaginado que 124 años después el ferrocarril en México sería solo una parte de la historia. Sin embargo, el inmueble ubicado en el emblemático barrio del Ex Marquesado de la ciudad, con todo el valor patrimonial que aporta a nuestra historia como oaxaqueños, se convirtió en la sede de un nuevo sueño que parecía salido de los cuadros del pintor ocoteco Rodolfo Morales.
Han pasado cinco años desde aquel 3 de marzo de 2017 en que el barrio del ExMarquesado vio nacer al Museo Infantil de Oaxaca, un proyecto que retomó los espacios arquitectónicos de la Antigua Estación del Ferrocarril —impulsado para su rescate y restauración durante el 2013 por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, en coordinación con la federación, a través de su Secretaría de Cultura, y el municipio de Oaxaca de Juárez— y que se formó con el compromiso de brindar a los niños y niñas un lugar seguro para fomentar y amparar sus ideales, impulsar su creatividad e incentivar su acercamiento al patrimonio natural y cultural de nuestro estado.
Con 1826 días de operación, el Museo Infantil de Oaxaca se ha llenado de incontables risas y momentos memorables para las infancias. Ha sido escenario de eventos artísticos y culturales como presentaciones de conciertos, malabarismo, teatro, cuentacuentos, entre otros. En sus espacios se han impartido más de quinientos talleres infantiles, abarcando temas de educación ambiental, y patrimonial, arte y primera infancia, y nuestros colaboradores han realizado convenios para ofrecer a los niños y niñas un acercamiento a los grandes maestros del arte oaxaqueño con la renovación de las exposiciones didácticas infantiles “Rodolfo Morales, Maestro del Color” y “Las Sonrisas de Tamayo”.
Pese a todo, han pasado también dos años desde que la situación sanitaria global nos hiciera cerrar nuestras puertas, dando al equipo del MIO la tarea de explorar nuevas formas de acercarnos a nuestro público, valiéndonos de recursos que nos hacen extrañar un poco menos las risas, la imparable creatividad y alegría de los niños y niñas. En estos silenciosos años nos hemos dado a la tarea de plantearnos nuevos objetivos y metas, y desarrollar programas que permitan a nuestros visitantes disfrutar de un nuevo MIO a su regreso.
A puerta cerrada se ha sostenido el compromiso permanente del mantenimiento del inmueble de la Antigua Estación, con trabajos significativos, como la restauración de la barda perimetral; también se ha trabajado de la mano de la comunidad ferrocarrilera en Oaxaca para mantener viva la memoria del Ferrocarril Mexicano del Sur, rescatando tres acervos documentales: la Colección Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros Sección XXII, la Colección del Ferrocarril Mexicano del Sur y la Colección Manuel R. Palacios. Se han renovado proyectos digitales y se ha gestionado un acervo que enriquecerá la historia de este medio de transporte en Oaxaca.
Estamos orgullosos de lo que hemos logrado hasta ahora porque es resultado del arduo trabajo del museo; buscamos generar espacios seguros para la expresión de todas aquellas infancias ávidas por tener un lugar al cual pertenecer, queremos que encuentren un espacio propio en el Museo Infantil de Oaxaca. Y seguimos aprendiendo, llenando de plantas nuestros huertos a la espera de que reverdezcan, aguardando el momento propicio para dar apertura a la muestra de nuestros nuevos acervos para que maravillen a chicos y grandes.
Esperamos con ansias el momento de abrir nuevamente nuestras puertas, nos emociona la idea de ver rostros conocidos y de encontrar nuevos amigos que corran por los espacios, llenando de vida la Antigua Estación del Ferrocarril donde el MIO es de todas y todos.