Boletín FAHHO No. 16 (Ene-Feb 2017)

CANCELACIÓN ESPECIAL: INAUGURACIÓN ARCHIVO HISTÓRICO DEL ESTADO DE OAXACA

Waldini Ortega

Una de las singularidades que enamoran del mundo de la filatelia es el amplio terreno que abarca y que permite acercarnos a ella: la historia de sus timbres, cartas, postales, sobres, caligrafía y cancelaciones han hecho de ésta una de las aficiones con mayor riqueza en el mundo. Las cancelaciones son las que ocupan un lugar especial en este artículo. Hablar del universo de la marcofilia es sumergirnos en la historia postal, específicamente en la prefilatelia, época previa a la aparición del primer timbre del mundo: el Penny Black.

En esta rama, México ha sido uno de los países más estudiados por grandes especialistas como Paul de Smeth, Marqués de Fayolle, Chapman, entre muchos otros, que han abierto el camino para una mejor comprensión y localización de datos sobre emisiones escasamente conocidas. Pero para hablar de la gran pasión que hay por el estudio de las sobremarcas y cancelaciones en México es necesario hablar de su historia. La década de los setenta del siglo XVIII podría suponer el inicio del estudio de la filatelia de nuestro país. Es en esa época que nacen las primeras marcas postales en la aún llamada Nueva España. Tomó aproximadamente dos siglos —a partir de la intervención española— para que el servicio de correos comenzara a regularizarse y lo logró con la legislación colonial de 1730, fecha en la que se determinó que las cartas deberían enviarse marcando con tinta roja el porte que debía pagar el destinatario. Nadie imaginaría que casi un siglo después, con la aparición del Penny Black en Inglaterra, en 1840, surgiría esta nueva afición que, por supuesto, adoptaría no sólo la colección y estudio de timbres postales, sino también las sobremarcas y cancelaciones que lo acompañarían. Nuestro país se convirtió, a la larga, en uno de los más sobresalientes en la producción de matasellos, lo cual atraería la atención de filatelistas de todo el mundo que apreciaban la estética de su composición, principalmente por su variedad de estilos. Los sellos canceladores habían pasado, además de ser objetos franqueadores, a marcas estéticas dignas de estudio que revelarían a la postre contextos en los que se encontrarían los diversos sistemas postales. Esta pasión por los sellos tiene vigencia hoy en día, incluso cuando las máquinas franqueadoras han ganado terreno sobre la producción de timbres postales.

Las cancelaciones de primer día de emisión y las especiales siguen siendo objeto de colección y estudio por su variedad en temáticas, sin embargo, son las cancelaciones especiales las que adquieren un valor singular por ser producidas en el contexto de un acontecimiento de resalto histórico.

Una cancelación especial es un acto conmemorativo, donde se cancela un timbre postal con un matasellos diseñado específicamente para un evento. El matasellos utilizado es devuelto al término del evento a autoridades del Servicio Postal Mexicano, con la finalidad de destruirlo y evitar que éste vuelva a ser usado en ocasiones posteriores, lo que le da un valor agregado a la estampilla y folleto especial sobre el cual se ha dejado la cancelación.

Nuestra entidad presenció a finales de 2016 uno de estos acontecimientos: la inauguración del Archivo Histórico del Estado de Oaxaca, un esfuerzo del Gobierno del Estado de Oaxaca en coordinación con la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y la asosiación civil Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas. Este espacio, el segundo de mayor importancia en nuestro país, sólo después del Archivo General de la Nación, afirma la continuación en la ciudad del compromiso con el rescate y promoción de la historia documental de nuestro estado. Para celebrar tan digna fecha, el Museo de Filatelia en colaboración con el Servicio Postal Mexicano, Correos de México, emitió el sello de cancelación especial Inauguración del Archivo Histórico de Oaxaca. El timbre postal utilizado para esa ocasión fue la emisión de 2013 Oaxaca Patrimonio Mundial, donde se reproducen dos fotografías del templo de San Matías Jalatlaco y del ex convento de San Pablo. Este matasellos fue presentado durante la tradicional ceremonia de cancelación especial, en la que el C.P. Alfredo Harp Helú, presidente vitalicio de la Fundación que ostenta su nombre, en compañía de la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la misma Fundación, el gobernador del estado Gabino Cué Monteagudo y la directora del Archivo General de la Nación, la Dra. Mercedes de Vega Armijo, cancelaron (o sellaron) dicha emisión. El diseño del matasellos corresponde al grabador de Tacámbaro, Michoacán, Artemio Rodríguez, en el que utilizó la letra “A” con tipografía ornamental. La belleza de este grabado radica en la tan acostumbrada composición medieval que nos recuerda las bellas letras capitulares de aquella época y que ahora quedará grabada en la historia de la filatelia mexicana. Esta pieza especial quedará bajo resguardo y exhibición del Museo de Filatelia en su invaluable bóveda.

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