Boletín FAHHO Digital No. 41 (Ago 2024)

Camino a San Pablo. Exposición del taller de grabado de Fernando Sandoval

Jorge Contreras
Fotografías: Acervo del Centro Cultural San Pablo

Cada exposición de arte es una serie de ideas, una propuesta; una tesis funcional que propone un diálogo en el contexto donde se lleva a cabo. La exhibición que presenta el Centro Cultural San Pablo sobre los más de treinta años de trayectoria del taller de grabado de Fernando Sandoval reúne obras realizadas con muchos artistas: Rodolfo Morales, Sergio Hernández, Francesco Clemente, Dr. Lakra, Francisco Toledo y muchos otros, con quienes Fernando ha compartido su conocimiento y experiencia para lograr los mejores resultados en cada obra de arte.

Para comprender el amplio panorama del grabado en Oaxaca, el taller de Fernando Sandoval es fundamental, no solo porque inició cuando aún no existían talleres de grabado en la ciudad, sino porque ha formado a maestros impresores a lo largo de los años. Además, ha construido un modelo de empresa que da prioridad a las ideas, propósitos y búsquedas de cada artista antes que al aspecto comercial, logrando que ellos se sientan cómodos atreviéndose a experimentar para hallar algo nuevo en su trabajo.

Cada obra de arte en grabado no es la transcripción de una idea en representación, es la elaboración de un pensamiento en el momento justo en que se traduce a sí mismo en imagen sobre la placa y luego sobre el papel. Y gracias al taller de Fernando Sandoval podemos observar decenas de maneras de hacer aparecer lo invisible, justo en el momento en que empieza a formar parte del mundo.

Hacer emerger una imagen es un proceso compartido entre el artista y el impresor, un momento de descubrimiento de la imagen y del mundo que trae a colación. De hecho, la línea que va dejando la punta metálica para hacer aparecer una figura, una marca o cualquier gesto, mantiene una doble relación con el espacio del dibujo: al mismo tiempo visual y metafísica, pues elaborar una imagen ha estado siempre asociado con lograr una especie de poder frente al mundo.

Cada imagen está fundada en un deseo de dejar aparecer algo, así como tener acceso a aquello que se encuentra en el mundo siendo invisible y que no se conocerá sin la particular intervención del artista. Cada imagen y cada dibujo funcionan como una revelación que ocurre en el espacio delimitado por la placa; cada placa es un espejo donde se puede contemplar la mâya, no la ilusión y la apariencia cotidianas, sino el tejido secreto del que está hecho el mundo.

En ese caso, realizar un grabado es descubrir un aspecto de aquello que no tiene forma, aquello que es continuo e indiferenciado; quizá por eso muchos de los grabados de la exposición son intensamente atractivos, pues no solo contienen imágenes geniales, sino que apuntan a la abundancia del mundo donde esas imágenes son posibles.


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