CADÁVERES BORDADOS Y FIGURADOS

El bordado, considerado por la machista sociedad mexicana como una actividad exclusivamente femenina, tiene una serie de connotaciones e ideas asociadas que distan mucho de lo político. En manos de Miguel Ángel Hernández Aparicio, esta forma de artesanía casera, cándida y tranquila, cobra un vigor insospechado en forma de arte ameno e incisivo. Y es que él blande la aguja cual pluma, plasmando comentarios políticos y sociales, implacables y agudos, sobre lienzos que se separan de lo tradicional.
Las piezas que conforman Cadáveres bordados y figurados pertenecen a los muros de las galerías, no a la sala de una casa habitación ni a la extravagante colección de algún adinerado mecenas. Tocan temas duros, temas que dividen la opinión, y lo hacen con franqueza y sin tapujos, pero sin que falten el humor y una sutileza rayana en el sarcasmo. Para quienes no estén familiarizados con el trabajo del autor, éste representará un riesgo particular: la lectura superficial, simplona, chambona. Y es que, a pesar de su aparente simpleza, la obra plantea cuestionamientos para los que no hay respuestas rápidas ni definitivas.
En lo visual, estas banderas, guantes, camisetas y demás peculiares objetos no llegar a ser necesariamente sublimes o impactantes, sino desconcertantes y atractivos; corresponden a un momento en las artes visuales en que las proezas técnicas han dejado de impresionarnos, y tienden a lo rudimentario, lo lúdico y lo cotidiano. Así mismo, dan cuenta de la depuración de la técnica del autor, misma que se ha ido desarrollando durante ya algunos años de trayectoria.
Cadáveres bordados y figurados es, pues, una oportunidad para reinterpretar la tradición, los lugares comunes, los clichés y el humor. Eso sí, que nadie deje de darse por aludido.
Inauguración de la exposición: 22 de junio de 2019, 18 h, MTO.
Para mayor información sobre las exposiciones consulte la página web del MTO.