Archivos civiles y eclesiásticos: 20 años de atención
La Coordinación de Archivos Civiles y Eclesiásticos de Adabi tiene como objetivo apoyar el rescate de fondos documentales históricos. Como estrategia de acción, prioriza los archivos municipales y parroquiales, considerando estos dos tipos como importantes custodios de la historia regional; sin embargo, también colabora con instituciones públicas y con archivos privados.
La historia de nuestro país es difícil de entender sin considerar el patrimonio documental de la Iglesia. Cada uno de los 32 estados de la República mexicana, en sus municipios y diversos asentamientos poblacionales, encuentra muchas veces sus orígenes en una demarcación eclesiástica.
Las diócesis, las parroquias, los institutos de vida consagrada y las fundaciones eclesiales —escuelas, seminarios, bibliotecas, hospitales— cohesionaron durante varios siglos a los grupos sociales. Los documentos resguardados en sus archivos nos hablan de ese pasado, de las instituciones y de las personas que actuaron dando vida a sus convicciones de fe.
Si bien los documentos de la Iglesia desde siempre han sido apreciados por investigadores y estudiosos, los archivos que custodian estos tesoros carecían, hasta bien entrado el siglo xx, de una verdadera profesionalización y sistematización, evidenciada por la falta de una cultura archivística.
En 2003, Adabi optó por una decidida línea de acción: destinar recursos, formar personal especializado, crear alianzas y ejecutar proyectos viables para hacer eco de los esfuerzos que la misma Iglesia y otras instituciones habían desarrollado en favor de los archivos eclesiásticos.
Los logros a veinte años son alentadores. La labor de Adabi ha permitido mejorar las condiciones y promover la consulta de 450 archivos eclesiásticos mexicanos. Hoy día, la visibilidad de los fondos documentales de la Iglesia adquiere una incuestionable relevancia donde el panorama pasa de ser desolador a esperanzador. Las mismas evidencias de encontrar archivos organizados y descritos, dispuestos para su consulta, donde antes solo existían bodegas de papeles viejos, nos abren puertas para seguir sumando esfuerzos en nuestra fascinante tarea de rescatar y mejorar las condiciones del patrimonio eclesiástico de México.
En materia de archivos civiles históricos, que se encuentran depositados en las instituciones públicas y en el sector privado, nos enfrentamos a un rezago con las fuentes que constituyen el patrimonio documental de nuestra nación. Ante esta situación, Adabi ha atendido las necesidades más urgentes de estos fondos y delega el seguimiento de las acciones archivísticas a los custodios de los mismos. De esta forma, el trabajo inicial de la asociación es la base de las tareas consecutivas que generan un compromiso institucional a mediano y largo plazo.
En dos décadas de trabajo se han intervenido 218 archivos civiles, de estos, 176 son públicos y 42 privados. Hemos tenido oportunidad de apoyar, en el sector público, archivos de diversa procedencia: notariales, judiciales, educativos, estatales, de partituras musicales, además de los municipales, que son los más numerosos y vulnerables a su desaparición. En el sector privado se han apoyado colecciones, fondos personales y empresariales que tienen bajo su resguardo museos, patronatos y asociaciones civiles.
Nuestra presencia se ha extendido a 27 estados, resaltando los esfuerzos ejecutados en Puebla, Oaxaca y Ciudad de México, mientras que, en el norte, por la situación de violencia que se ha presentado desde hace algunos años, hemos hecho una pausa; sin embargo, no dejamos de atender las solicitudes de esa zona del país.
En estas dos décadas de constantes emprendimientos hemos contado con la colaboración de autoridades públicas de los tres niveles de gobierno, así como con universidades que se han interesado en que los historiadores en formación vivan la experiencia de la intervención de archivos y, en otras ocasiones, dando lugar a proyectos con la asesoría de Adabi. Respecto al ámbito privado, hemos colaborado principalmente con asociaciones civiles que custodian archivos de diferente procedencia que recurren a nosotros en busca de una atención profesional.
Los esfuerzos emprendidos son significativos no solo para quienes nos dedicamos a esta tarea, sino también para la sociedad en general y para nuestra historia regional. Aunque tal esfuerzo es un granito de arena para la historia de México, somos conscientes de lo amplio y diverso que resulta nuestro patrimonio documental, por ello buscamos legar para la sociedad de hoy y del futuro Archivos en el más extenso sentido de la palabra.