ANTONIO PEÑAFIEL: PIONERO EN LA RECOPILACIÓN Y SISTEMATIZACIÓN DE LA HERENCIA LINGÜÍSTICA DE MÉXICO
Antonio Peñafiel Barranco (1839- 1922) fue un médico, científico y funcionario del Porfiriato que coordinó numerosos proyectos para indagar y difundir la riqueza cultural, la historia y las características de la población de México. La BIJC presenta hasta principios de agosto una exposición que aborda su trabajo y destaca sus aportaciones al estudio y documentación de la diversidad lingüística del país.
Peñafiel vivió de cerca los conflictos de México durante la segunda mitad del siglo XIX (sirvió como médico militar durante la intervención francesa), y formó parte de una generación de eruditos que se interesaron por las características pasadas y presentes de un país que buscaba integrar tradición y modernidad en su identidad y en sus políticas públicas. A esa generación pertenecieron, entre otros, Francisco del Paso y Troncoso, Justo Sierra y los oaxaqueños Francisco Belmar y Manuel Martínez Gracida.
El Dr. Peñafiel indagó sobre arqueología, historia natural, medicina, arquitectura y otras temáticas, y al ser nombrado Director General de Estadística, durante casi tres décadas tuvo a su cargo la coordinación y publicación de los censos nacionales de población, así como estudios estadísticos de ganadería, economía, criminalidad, infraestructura e higiene. Así, integrando sus facetas como funcionario y científico, llegó a publicar más de 60 obras a lo largo de su vida.
Por su interés hacia los pueblos indígenas emprendió varias iniciativas. Por ejemplo, coordinó la reedición de estudios y registros sobre las lenguas indígenas escritos en el periodo colonial. También trabajó para mantener el uso de los nombres indígenas de gran cantidad de pueblos, ciudades, montañas y ríos del país, y para conocer su significado.
Peñafiel concibió y condujo la elaboración del registro más amplio y completo hasta entonces realizado sobre la diversidad de lenguas habladas en el territorio nacional. Su experiencia coordinando censos nacionales le permitió conseguir vocabularios de alrededor de 500 variantes de 55 lenguas, varias de ellas escritas por primera vez en sistema alfabético mediante dicha iniciativa. Sus registros consignaron idiomas que tiempo después se extinguieron, como el papabuco, solteco, pochuteco, cuitlateco y chiapaneco.
Los vocabularios del Catálogo General Comparativo de Peñafiel fueron muy relevantes para las investigaciones lingüísticas de principios del siglo XX, pero los accidentes de la historia condujeron a que la mayoría se extraviaran sin haber sido publicados, y el resto permanecieran ignorados por generaciones posteriores de lingüistas. A principios del siglo XXI se ha cobrado conciencia sobre su relevancia y vigencia, y para nuestra fortuna los vocabularios originales que se conservan son los del estado de Oaxaca.
Quienes visiten la exposición, ubicada en el primer nivel del Centro Cultural San Pablo, podrán conocer las publicaciones originales de Peñafiel sobre nomenclatura geográfica y gramáticas coloniales, y una selección de los vocabularios originales, en los que con elegante caligrafía se asentaron algunas palabras nunca antes escritas, y algunas lenguas que desafortunadamente han desaparecido. Sin embargo, la mayoría de los idiomas consignados perviven hasta nuestros días, y el objetivo de la exposición es mostrar que –tal como se manifiesta en la obra de Peñafiel– nos enriquece conocerlos, valorarlos y utilizarlos.