Andares por el Museo de Historia de Monterrey
Andares del Arte Popular llegó hasta Monterrey, precisamente a la tienda del Museo de Historia Mexicana el 1 de abril de 2025. Esta colaboración fue posible gracias al trabajo conjunto con Xavier López de Arriaga, actual director del Museo, quien correspondió al deseo del equipo de Andares de llevar a Monterrey una pequeña muestra de la diversidad y riqueza cultural que existe en Oaxaca.
Andares del Arte Popular fue creado con el firme objetivo de comprender y apoyar las necesidades y los desafíos que enfrentan los maestros y las maestras artesanos, especialmente de Oaxaca; por eso pugna por una comercialización justa de sus obras, en consecuencia, ha buscado que los productores tengan acceso a un gran público en lugares privilegiados. En este caso se trata del Museo de Historia Mexicana, cuya misión de hacer visibles diversos aspectos de la vida en México, desde la época prehispánica hasta la actualidad, tomando como punto de partida las piezas de uso diario de los antiguos habitantes de México.
Esto resulta importante porque, al encontrar un lugar dentro de los museos, las técnicas de producción artesanal, actualmente reivindicadas bajo el título de “arte popular”, han sido puestas en valor resaltando el significado cultural de cada pieza. Un plato de barro esmaltado de la comunidad de Atzompa, por ejemplo, lleva consigo toda una cultura: contiene la gastronomía y, en consecuencia, la fiesta, entonces, la música que ameniza el festejo, etc. Reconocer esa potencia permite preservar y promover la riqueza cultural, así como las técnicas, los materiales y las tradiciones artísticas propias de las comunidades y pueblos de Oaxaca. Colocar las obras del arte popular en los espacios tradicionalmente dedicados a las obras de arte estimula el diálogo intercultural y la valoración de la creatividad de los artesanos.
Esta vindicación es la misma que conduce a una apreciación económica de las producciones artesanales, un eslabón importante en la preservación de las tradiciones de producción artesanal. Pues un mercado propicio para el arte popular refuerza el hecho de que los artesanos encuentren en su labor una forma de sostener la vida y, en consecuencia, una razón para conservar una tradición. Se trata también de la preservación de una identidad, que encuentra su fuerza en la herencia generacional de una forma específica de concebir el mundo y la potencia creadora en estrecha conexión con la materialidad que el entorno proporciona naturalmente a cada población.
Esta es la potencia que pulsa en cada una de las piezas que el Museo de Historia Mexicana eligió para comercializar en su tienda. Se trata de piezas únicas que, sin dejar de responder a la practicidad de la vida cotidiana y precisamente para que el peso de lo cotidiano no nos avasalle, permiten hallar la belleza en lo cotidiano-utilitario. Así, una jarra de barro verde esmaltado puede evocar una hoja que, en la espesura de una selva, ha retenido las gotas de la lluvia o del rocío para ofrecerlas a ese paseante furtivo y sediento en el que nos convertimos al momento de verla.
Las piezas que es posible encontrar en la tienda del Museo de Historia Mexicana, son las siguientes: Producidos en San Bartolo Coyotepec: lámpara incensario de barro negro modelada a mano, de Matías Reyes Gómez; tibor y gota textura, ambos de barro negro modelados a mano y de la autoría de Anakarem López. Elaborada en Santa María Tlahuitoltepec por Reina Isabel Vásquez: jarra de barro modelada a mano y chorreada con cáscara de encino. Realizado en Tamazulapan del Espíritu Santo por Joel Hugo Velasco: bule chico modelado a mano. Hecha en el Estado de México por Osiris Carrillo: cruz de 16 cm de barro policromado. Creados en Santa María Atzompa con la técnica de barro esmaltado por Rolando Regino Porras: jarra pichel, maceta streada chica, olla de asas, maceta carita, mezcalero, maceta, tetera, plato, florero streada grande; además de un chawan de cerámica de alta temperatura elaborado en la galería Voces de Copal.
El hecho de que estas piezas se encuentren en Monterrey, significa para Andares una forma de tejer puentes entre el norte y el sur, atravesando los imaginarios y prejuicios creados en torno a los pueblos de Oaxaca. Pero también es una oportunidad para que las propias comunidades se detengan a pensar, una vez más, las posibilidades del arte popular como una forma de vida. El objetivo de Andares es contribuir a que el arte popular perviva como historia, como legado; contribuir a que eche raíces fuertes en la vida de sus autores para dar vida a más creadores.