Alonzo Harris, ser el primero
Poder y velocidad son dos características que no se encuentran habitualmente en un mismo jugador. Los Guerreros de Oaxaca encontraron oro en Alonzo Harris, quien en su primera temporada con la tribu se apoderó de una de dos marcas nunca antes vistas en la Liga Mexicana de Beisbol. Su nombre sonó muy fuerte a la mitad de la temporada, cuando a pesar de 18 home runs y 53 carreras impulsadas, inexplicablemente no fue convocado al Juego de las Estrellas, al que asistió únicamente como invitado a la exhibición de cuadrangulares.
No requirió de una gran vitrina, como es el clásico de media campaña, para que los aficionados intuyeran que su constancia lo acercaba a estadísticas de esas que son muy difíciles de olvidar.
En 94 años de vida de la LMB, únicamente dos jugadores lograron treinta cuadrangulares y treinta robos de base en una misma temporada: James Steels y Luis Terrero.
Fue la noche del 18 de julio cuando Harris conectó un lanzamiento de José Oyervides en Nuevo Laredo, ya con 33 robos de base. No había nadie en las colchonetas cuando aquella pelota superó la barda del Parque La Junta, el segundo más viejo en la historia del beisbol mexicano y en donde nunca se había escrito un acontecimiento de ese tamaño. Durante su trigésimo recorrido por todas las bases, el mundo de la pelota aplaudía el suceso que aún estaba lejos de ser su gran momento. Aún quedaban hojas en el calendario de la campaña, y, con poco más de un mes por jugar, un nuevo desafío se asomaba: Ser el primero con 40 home runs y 40 carreras producidas.
Ir por la hazaña fortaleció su espíritu en la parte más complicada de una temporada, donde los Guerreros luchaban cada día por ser los mejores de la Zona Sur. Él mismo, en sus redes sociales, se encargó de ilusionarse y contagiar a sus seguidores. Se embasó 45 por ciento de las veces en las que se paró a batear y con seis estafas, las 40 llegaron pronto.
En contraste con su capacidad para acumular hits y aumentar su porcentaje de bateo, la producción de cuadrangulares disminuyó considerablemente en agosto. Las seis de las últimas cuatro semanas de competencia lo dejaron con 39, tan cerca pero tan lejos. Sin embargo, en su desenfrenada carrera por buscar poner la pelota contra los anuncios, los catorce dobles que disparó en la segunda mitad del 2019 dieron un total de 34, dejando atrás otra barrera de tres decenas.
El logro fue reconocido de inmediato por el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, el segundo que se realiza bajo la nueva administración y el primero para un jugador ofensivo.
Es probable que Alonzo Harris no resulte el Jugador Más Valioso del Año, su justicia va más allá de una votación, es el primer integrante del Club 30-30-30, nadie antes que él.