San Pablo Sonríe
Sonrientes es el nombre colectivo con el que se les ha bautizado a los millares de estatuillas risueñas hechas por alfareros totonacas de la región de la Mixtequilla. El nombre colectivo se debe a sus evidentes afinidades: sus ojos almendrados, el cráneo deformado, los dientes mutilados, pero, sobre todo, por las sonrisas que iluminan el rostro de estos singulares personajes.
Estas figuras, provenientes del estado de Veracruz, fueron elaboradas entre los siglos VI y IX d.C., mientras que aparecen en el panorama arqueológico hasta 1949, gracias a las excavaciones en la zona central de Veracruz por parte de Alfonso Medellín Zenil y Frederick Peterson. Los sonrientes están hechos de arcilla arenosa marronada. Originalmente estaban pintados con pigmentos amarillos, rojos, negros o blancuzcos. Se sabe que, por lo general, los ceramistas creadores de estas piezas utilizaban moldes, pero siempre completaban la obra con toques fisionómicos distintivos. Las estatuillas representan a hombres y mujeres vestidos con taparrabos, fajas, pectorales y tocados trapezoidales. En cuanto a sus extremidades, están unidas al cuerpo por medio de conectores articulatorios. Es común encontrar sonrientes con aretes, collares u otros ornamentos, mientras que también se encuentran figuras femeninas con niños en los brazos.
Massimo Listri, fotógrafo especialista en retrato de esculturas, fotografía varias de estas piezas con un permiso especial brindado gracias a el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Logra con su cámara un acercamiento poco convencional, con una mirada limpia y sabia, tratando de captar su forma íntima y su significado profundo. Así pues, a través de la lente del fotógrafo, los sonrientes le sonríen al mundo.
Resultado de las fotos hechas por Massimo Listri, nace la exposición Sonrientes, misma que busca llevar la risa y sonrisa de estas singulares figuras totonacas a todo el mundo. A partir del 8 de febrero esta exhibición llegará a Oaxaca, al Pabellón del Centro Cultural San Pablo, donde chicos y grandes podrán admirar los retratos de estas maravillosas piezas prehispánicas y deleitarse con la sonrisa de los sonrientes. ¡No se la pueden perder!