En 2020 seguimos trabajando para la comunidad
El viernes 13 de marzo del año 2020 es una fecha que estará marcada en el calendario para siempre. Este día se detuvieron las operaciones que se realizaban cotidianamente desde la Coordinación de Proyectos Educativos de la FAHHO.
Inmediatamente vinieron las llamadas a los compañeros en las regiones del Istmo, Mixteca alta y baja, y Sierra Norte: “Por razones de fuerza mayor, regresen”, fue la indicación. Ellos insistían, “Pero si nos esperan en tal o cual comunidad…”. “Deben volver, es un tema vital, aquí les explico, nuestra labor tomará otro curso”, esa fue la respuesta. Al igual con los compañeros del Programa Seguimos Leyendo, que coordinaban de lunes a sábado más de treinta sesiones de lectura con doscientos lectores voluntarios, atendiendo semanalmente a más de cinco mil escuchas.
Un alto total que nos hizo replantearnos nuestro quehacer. De inmediato hablamos y nos pusimos de acuerdo para crear nuevas formas de estar cerca de las personas con quienes trabajamos, a las que nos debemos, a las que tocamos con las lecturas, los talleres, el cine, los telescopios y microscopios, el préstamo de libros y el arte, entre otras expresiones de la cultura. Implicaba no perder el contacto y no olvidar el significado de esta red de trabajo humano que ha caminado engrasadita por más de una década desde los acercamientos humanos con otros y para otros, desde los recién nacidos hasta adultos mayores.
La capacidad de transformación emergió, así como la disposición del equipo, el anhelo y la esperanza de una cuarentena que se convirtió en un embarazo de nueve meses.
Dejamos de llenar las mochilas con libros para prestar a los lectores voluntarios, dejamos de recorrer las rutas, la mayor parte de terracería, que nos llevaban a las comunidades donde los niños nos esperaban; ahora era tiempo de conocer y usar el mundo virtual, aquel que acorta las distancias para vernos y sentirnos sin importar dónde estemos.
Este confinamiento ha sido una etapa de inmensos aprendizajes: los proyectos de Seguimos Leyendo, Bibliotecas Móviles y los Diplomados (en Oaxaca y Puebla) diseñaron nuevas estrategias para continuar con nuestra principal misión: seguir promoviendo la cultura escrita.
En una primera etapa, de abril a junio, se creó contenido audiovisual dirigido a todas las edades lectoras: la presencia de las reseñas de libros en nuestra web aumentó en 314; se lanzaron 419 nuevos videos de lecturas, presentaciones de libros y de autores; se construyeron 62 talleres de lectura y escritura en vivo por Zoom; innovamos con 137 cápsulas de cuentos para radios comunitarias en el Istmo. Muchas de estas acciones fueron posible gracias a la voz, el corazón y el tiempo de los lectores voluntarios que se sumaron al equipo de 12 personas de la Coordinación. Veíamos a los niños que nos recibían y pedían lecturas, fue entonces que decidimos realizarlas por Zoom: desde jóvenes con síndrome de Down hasta asociaciones civiles cuya población participaba; respetamos el día y la hora de la lectura en tiempos normales. En total fueron 104 sesiones remotas con espacios inscritos a Seguimos Leyendo, además de las tertulias entre los lectores, algunas de 9 a 10 de la noche, la cuestión era seguirnos leyendo, escuchando y hablando sobre lo que pasaba en nuestros hogares. Apareció el maravilloso concurso Decamerón 2020 e impartimos más de cien asesorías en línea y por teléfono para niños lectores y logramos aportar cuarenta y cuatro cuentos ilustrados para dicho concurso.
Los mediadores de las bibliotecas móviles rurales, siempre pensando en innovar para las familias que atienden en su ruta, lograron construir 351 nuevas estrategias de animación lectora que están en la maleta para ser llevadas cuando sea posible. Limpiaron, desinfectaron y dieron de alta en un nuevo sistema de inventarios los 4 896 libros que conforman el acervo, y repararon 492 libros que lo requerían.
Los 153 alumnos de los diplomados en promoción y estrategias lectoras/primera infancia, ediciones 2019-2020, de los cinco grupos, tres en Oaxaca y dos en Puebla, junto con los docentes, migraron anímicamente de manera natural y con los retos propios del nuevo esquema a distancia. De marzo a junio, cada viernes y sábado nos enlazábamos por cuatro horas para recibir las sesiones con los especialistas. Los alumnos defendieron sus trabajos finales en este nuevo esquema y las satisfacciones han sido muy alentadoras. La clausura estuvo muy emotiva con unos mensajes por parte de la Dra. Isabel Grañén, de la rectora de la ULSA, Mtra. Ocádiz, y de tres alumnos que representaron a las generaciones. Para julio se nos invitó a sumarnos a la tarea de conservación y cuidado del patrimonio que resguarda el Museo de la Filatelia, se catalogaron y conservaron más de 10000 documentos entre timbres, revistas y libros filatélicos.
Hicimos sinergia con la Librería Grañen Porrúa y el MTO para realizar presentaciones de libros por Zoom. También iniciamos alianza con el Proyecto Endless de la FAHHO que fue gestionado para llevarlo a Tlalixtac, y ha sido supervisado y evaluado por la Coordinación. Con este programa se beneficiaron 146 familias de escasos recursos.
En septiembre dimos inicio al ciclo 2020-2021 de los diplomados en promoción lectora, con planes de estudios renovados y una fuerte presencia de docentes internacionales que gracias a la virtualidad ha sido posible su participación.
A finales de noviembre nos invitaron a conocer un nuevo campo de colaboración con la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, y estamos iniciando el trabajo de concordancia del valioso Fondo Luis Castañeda Guzmán.
Sin duda, este ha sido un gran reto emprendido y la voluntad y el amor con que se hace el trabajo en esta aventura virtual nos ha llevado a navegar nuevas aguas, y a descubrir nuevos puertos.
Aunque la decisión de resguardarnos ha sido muy difícil porque extrañamos a nuestro público, debemos responder a un llamado de responsabilidad y cuidado, para evitar que se propaguen los contagios. Cuando esta pandemia termine, estaremos mejor preparados para continuar con nuestros programas.