EL MAÍZ EN LA OBRA DE SARA CORENSTEIN
El invento del maíz por los mexicanos sólo es comparable con el invento del fuego por el hombre.
Octavio Paz
El maíz para México tiene un significado que va más allá de ser la base de la alimentación mexicana o de ser el cultivo de mayor presencia en el país. Su importancia dentro de la cultura procede desde los tiempos prehispánicos, cuando se le consideraba elemento fundamental de la cosmovisión, hasta llegar a nuestros días, donde su significancia aún permea nuestra cultura y sociedad, formando parte no únicamente de nuestra mesa, sino también de nuestra identidad. Trasciende las barreras agrícolas, sociales, económicas y políticas que rodean a este singular cultivo.
En la exposición El maíz es nuestro de la artista Sara Corenstein, ubicada en la Capilla del Rosario del Centro Cultural San Pablo, podemos ver cómo por medio de una estética basada en el arte novohispano del siglo XVIII, la artista busca recalcar la importancia del cultivo insertando su imagen en obras o imágenes representativas del México colonial –la Virgen de Guadalupe o las pinturas de castas–, con ello vincula directamente al maíz como parte de la mexicanidad que ha trascendido a través de los siglos, convirtiéndose en identidad y cultura.
Con diferentes obras con el maíz como protagonista, acompañado de personajes religiosos, elementos arquitectónicos o bien obras de arte del México novohispano, Sara Corenstein le otorga a este cultivo la importancia merecida como parte de nuestra cultura y separándolo de todos aquellos aspectos meramente arbitrarios que ven al maíz como un simple producto de consumo humano sin percatarse de su relevancia y trascendencia.