APRENDER A VIVIR DENTRO Y FUERA DEL DIAMANTE
El año 2016 comenzó de una manera extraordinaria, dándose de la mejor forma el primer campeonato de la Liga Invernal Mexicana, en donde el equipo conformado por Diablos Rojos y Guerreros se coronó, haciendo historia. Estos jóvenes que formaron parte del roster son menores de 25 años: a su corta edad comenzaron a luchar por el sueño de convertirse en jugadores profesionales de beisbol.
Estos jóvenes llevan mucho tiempo dedicándose al deporte que más los llena de satisfacciones. Uno de los pasos principales que dan en su crecimiento deportivo es el ingreso a los cursos en la Academia Alfredo Harp Helú, el paraíso beisbolero en Oaxaca. El día 8 de febrero dio inicio el primer curso del año 2016 con la llegada de jóvenes de entre 14 y 17 años, con muchas expectativas por delante, muchos sueños y metas por cumplir. El proceso no es fácil, ya que en el camino se encuentran con lesiones, enfermedades, disgustos con sus compañeros de cuarto, encontrarse lejos de sus amigos y su familia. Ellos saben bien que son sacrificios que deben asumir porque al final tendrán su recompensa.
La mayoría no ha estado separado tanto tiempo de su familia, por lo que esto hace que la situación se complique, dándoles un grado mayor de madurez y responsabilidad. Al ingresar a la Academia cambian su estilo de vida, volviéndose más independientes, comportándose ordenadamente en sus habitaciones, siendo puntuales para asistir a sus entrenamientos y la comida. En la Academia no sólo se forman atletas, también se forman hombres de bien para la sociedad.
Formar parte de este curso es sin duda una de las mejores experiencias de su vida; conviven con jóvenes de diferentes partes de la república mexicana que tienen el mismo sueño: dedicarse al beisbol profesional, lo que hace que se esfuercen día a día en cada uno de sus entrenamientos.
Para la formación como beisbolistas profesionales muchos proyectos de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca participan con estos jóvenes, como Seguimos Leyendo y Huertos Orgánicos.
Además también se trabaja la parte psicológica para que se vuelvan más disciplinados, lo que les ayudará a salir adelante, ya que no es únicamente practicar un deporte, es todo lo que conlleva. El beisbol es una disciplina con la que se tiene que aprender a vivir dentro y fuera del terreno.
Definitivamente no es un proceso fácil pero son sacrificios que en el futuro les dejarán una gran recompensa porque los campeones no nacen se hacen, con trabajo diario, dedicación, disciplina, entrega y amor.
¿Cuántos de los jóvenes que ahora ingresan al primer curso del año serán los próximos ídolos del beisbol mexicano?