GUEVEA DE HUMBOLDT Y OTROS HOMENAJES AL CIENTÍFICO PRUSIANO
En números pasados del Boletín FAHHO hemos abordado, desde diferentes perspectivas, la influencia que Alexander von Humboldt llegó a tener por su paso en América. En esta ocasión les ofrecemos un texto que desentraña la historia de cómo una localidad de Oaxaca llegó a ser nombrada en honor a este singular explorador prusiano.
Durante su larga vida, Humboldt se mantuvo interesado en los sucesos políticos y la producción intelectual de México. Inclusive llegó a expresar su interés de pasar aquí sus últimos años y generar un establecimiento de ciencias de alcance continental, pero su proyecto no fraguó y falleció a los noventa años sin regresar a América.
En el México Independiente se consideró que sus investigaciones y obras habían brindado información e inspiración fundamentales para el desarrollo de la nueva nación. Las distintas facciones ideológicas que se disputaron el poder durante el turbulento siglo XIX le rindieron homenajes que denotan una admiración generalizada por el barón. El general Antonio López de Santa Anna le otorgó la Gran Cruz de la Orden de Guadalupe en 1854. Tres años más tarde uno de los derrocadores de Santa Anna, el presidente liberal Ignacio Comonfort, decretó que se crearan tres ciudades en el Istmo de Tehuantepec y que una de ellas llevara el nombre de Humboldt. El presidente Benito Juárez, en plena Guerra de Reforma, se enteró de que von Humboldt había fallecido en mayo de 1859, emitió un decreto declarándolo Benemérito de la Patria y ordenó se le erigiera una estatua de tamaño natural que sería elaborada en Italia.
Las grandes dificultades e inestabilidad del país no permitieron que se concretaran en su momento algunos de estos homenajes. Fue hasta los festejos del primer Centenario de la Independencia, en septiembre de 1910, que una estatua de Humboldt (donada por el emperador de Alemania) fue finalmente erigida, en el mismo lugar donde el barón había fijado con exactitud las coordenadas geográficas de la ciudad de México más de un siglo antes.
Ninguna de las tres ciudades del decreto de Comonfort había sido creada, pero en diciembre de 1936 la Sociedad Cultural México-Alemana Alejandro de Humboldt le recordó al Gobierno mexicano su compromiso mediante una carta dirigida al presidente de la República. Entendían que ya no era posible crear una ciudad nueva, pero se solicitaba dar el nombre a alguna de las ya existentes en la misma zona del Istmo de Tehuantepec especificada en el decreto, es decir en “…la sierra que divide las llanuras del mar Pacífico de las del Atlántico”. La cuestión se turnó al Gobierno del Estado de Oaxaca, pues la descripción parecía coincidir con su territorio.
Los documentos resguardados por el Archivo del Estado de Oaxaca nos permiten conocer los procesos que desencadenó tal solicitud. Un primer momento fue de perplejidad, pues se dudaba de la pertinencia del homenaje ya que Humboldt jamás había pisado territorio oaxaqueño. Para febrero de 1937, un memorándum consignaba que no existía una serranía que tuviera vista a las llanuras del Pacífico y del Atlántico. Una vez comprendido que lo relevante era cumplir el compromiso en lo general, se buscó una población que al menos estuviera en el Istmo de Tehuantepec. Primero se propuso renombrar al pequeño poblado ferroviario Rincón Antonio. También se consideró a Tequisistlán. Finalmente, por razones que aún no conocemos, se estableció mediante el decreto 64 –emitido por la legislatura oaxaqueña el 20 de abril de 1937– que el municipio zapoteco de Santiago Guevea y su cabecera del mismo nombre serían a partir de entonces llamados Guevea de Humboldt.
Esta localidad oaxaqueña se sumó así a los homenajes que en todo el mundo se han rendido a un científico incomparable: llevan el nombre de Humboldt más de trescientas especies de plantas y cien de animales; prestigiosas universidades, colegios y programas académicos; poblaciones y parques nacionales; cadenas montañosas, cascadas, bahías, una corriente marina, un glaciar, un asteroide y hasta una planicie de la Luna.
Los invitamos a conocer más de la vida de Alexander von Humboldt visitando la exposición Presencia de Humboldt en Oaxaca que estará en el primer nivel del Centro Cultural San Pablo (pasillo de la biblioteca) hasta el 11 de octubre de 2018.