MÉXICO, EL PAÍS QUE NOS LLENA DE LUZ
México es el mejor país del mundo. Es donde mis ojos se llenaron de luz desde el instante en que nací. Y es con ella como se ha iluminado mi vida. Me siento conmovido de los destellos que emanan de esta tierra que nos ha dado el maíz, el frijol y los chiles; esos ingredientes con los que tantos platillos deliciosos se pueden hacer, esos a los que se ha acostumbrado mi paladar y que son parte de mi ser. Sí, así como decía don Andrés Henestrosa: “somos lo que comemos”. Estoy tan lleno de México que deseo forjar un futuro mejor para el país, para mis hijos y nietos. Tengo la esperanza de que los mexicanos sabremos hacer a un lado nuestras diferencias para poner por delante ese México que soñamos.
Es verdad que México también tiene momentos de oscuridad: la violencia, la inseguridad, la corrupción y la impunidad deben erradicarse. A veces nos sentimos rebasados, pero no podemos quedarnos pasmados ante este horror que nos llena de frustración y tristeza. Necesitamos respetar y hacer respetar el Estado de derecho, cuidar y fortalecer nuestras instituciones, y algo muy importante es que cada quien actúe éticamente.
En Oaxaca aprendí que el tequio es trabajar por tu comunidad, eso es lo que hacemos en mi familia y mis fundaciones: trabajo colectivo. No perseguimos ningún fin político ni buscamos recompensa. Hemos decidido aportar recursos, tiempo y nuestra forma de vida para mejorar el entorno: vivir para transformar constructivamente a la colectividad. Estoy convencido de que la educación, el deporte, la cultura, el arte, la protección del patrimonio cultural tangible e intangible, la música, los proyectos productivos, la salud y el cuidado del medio ambiente edifican el camino que cimienta una sociedad más humana.
Los que colaboramos en la Fundación estamos orgullosos de nuestro país. La labor que realizamos día con día nos llena de fe; valgan de ejemplo las participaciones en este boletín.
Después de los últimos sismos registrados en Oaxaca, estuvimos presentes desde un principio, y seguiremos estando, para apoyar las zonas afectadas en el Istmo, la Mixteca, la zona Mixe y la Costa, así como en algunos lugares de Puebla, Morelos, Chiapas, Estado de México y la Ciudad de México. La Fundación ha iniciado diversas tareas para ayudar con la reconstrucción y alentar el ánimo de la población. Aunque han pasado ya seis meses, no podemos olvidar la tragedia, estaremos ahí para apoyar y aprender de nuestros hermanos que tanto lo necesitan.
La sociedad civil juega un papel muy importante en la edificación de una sociedad con valores, debe estar entregada a los más necesitados y comprometida con sus ideales para sacar lo mejor de nuestro país, el hogar de los mexicanos.
México seguirá llenándonos de luz. Cada día que salga el sol, hagamos de nuestros amaneceres una vela que ilumine el universo que nos rodea.