UNA CASA DE LIBROS, UNA BIBLIOTECA EN LAS CANTERAS
Un libro de una biblioteca, imagino, es un libro feliz.
Cornelia Funke
Bienvenida y bienvenido seas. O mejor dicho BIENVENIDOA… puedes limpiarte los pies y los ojos y la risa porque lo que aquí verás nunca lo has visto y necesitas caminarlo con los pies descalzos y los ojos como nuevos y una risa suave que no tenga ni espinas ni el filo de los cuchillos. Una risa como puente, porque los puentes son para eso, para ir y venir sobre los abismos, y arribar sano y salvo, sanando y salvando, al otro lado.
Ricardo Chávez Castañeda
Saludo al guardia y él me responde con emoción: “¡Ya llegaron!”. Sus ojos están abiertos e iluminados —puedo ver al niño travieso que fue—, le sonrío. No estoy segura de quién o de quiénes me está hablando, camino por el lobby y pienso en su frase, no sé porque no le pregunté, quizá porque su expresión fue tan maravillosa que no quise romper con esa magia. Ya por la sala de exposiciones empiezo a escuchar un murmullo, algo de eco; en la escalera es cuando entiendo perfectamente. El bullicio se hace presente, las finas vocecillas, risas, palabras sueltas… entro a la ludoteca y está poblada por niñas y niños que emocionados juegan y sonríen, yo también lo hago. ¡Ya llegaron!, ¡llegaron los niños, los adultos, los adolescentes, llegaron con los libros y con la biblioteca!
Hace más de diez años se sembró el primer árbol de letras en el barrio de Xochimilco, la BS Biblioteca Infantil de Oaxaca. A una década de su fundación somos la Red de Bibliotecas de la Fundación Alfredo Harp Helú. Esta tierra prodigiosa ha permitido que muchas manos y corazones hayan hecho posible un nuevo sueño, un nuevo árbol de letras: la BS Canteras, ubicada al norte de la ciudad, en el Archivo General del Estado de Oaxaca, en la antigua Ciudad de las Canteras. El edificio —por demás portentoso—, resguarda en su zona sur libros para niñas, niños, adolescentes y adultos; cada uno de sus espacios está diseñado con dedicación y cuidado para el disfrute de la lectura. La sala para jóvenes y adultos, la cómicteca, un área de consulta, una sala infantil, una bebeteca y, por supuesto, una ludoteca. Entre mesas, sillones, tapetes, ballenas y elefantes nuestro acervo respira y habita a la espera de ser leído. Sin duda la apertura de la biblioteca ha cambiado el rostro de la zona y se hace presente ese sentir en la población que poco a poco nos visita.
Mateo, sus hermanas y primas han sido los primeros en llegar. A él y a sus acompañantes se le van los ojos y las manos entre los juguetes y los libros; no dejan de expresarlo —¡guau!, que padres libros; ¡cuántos juguetes!, ¡que bonito huele!—, después de ellos han llegado muchos más guiados por la curiosidad o por sus filias con las otras BS. Los que vienen por primera vez nos preguntan sobre el funcionamiento:
—¿Se cobra por entrar? —Por supuesto que no, el acceso es libre y gratuito para todo el público.
—Oiga, ¿puedo traer a mis alumnos? —¡Claro!, tenemos visitas escolares.
—¡Ay!, nosotros pasamos porque vimos que ya está esta abierto y no imaginamos que fuera tan bonito, después vendremos con nuestros hijos.
Cada día, este paraíso —como bien lo dijo Borges— se llena de voces y caras nuevas, aquí dentro el tiempo tiene su propio ritmo. Algunas veces el silencio se puede escuchar, sí, porque el silencio también tiene su propio sonido y cuando eso ocurre es porque los presentes están ensimismados en alguna lectura o juego… De repente, muy de repente, se escucha un respiro suave, no sabemos con exactitud si es de algún libro o de quien lo está leyendo. Son más de las siete de la tarde, afuera, las niñas y niños corren en la fuente de luces que se encuentra en la parte baja de las canteras, se escucha música de fondo, la BS ha cerrado por hoy, pero mañana tempranito estaremos esperando a todos los usuarios con los brazos y los libros abiertos.