EXCAVACIONES EN LA PARTE NORTE DE SAN PABLO: CASI 3000 AÑOS DE PRESENCIA HUMANA EN OAXACA
Cuando caminamos por la ciudad de Oaxaca, pocas veces nos damos cuenta que debajo de nuestros pies existen las huellas de etapas anteriores de la ciudad, y más: de actividades humanas muy anteriores a la fundación de la ciudad misma. Estudiadas de manera cuidadosa, estas huellas nos advierten de vidas pasadas y explican por qué la ciudad en que vivimos es como es y de qué manera se convirtió en este complejo tejido de edificios y ocupaciones urbanas. Existen pocas ocasiones para conocer estas huellas, por ejemplo, cuando se abren las calles para introducir servicios o cuando se remodelan las casas. Sin embargo, aún en contadas ocasiones, existe el interés por reservar un tiempo y una parte del presupuesto de la obra para investigar.
El Proyecto Arqueología Urbana, desarrollado en 2013 por el Centro INAH Oaxaca, busca responder a esta problemática mediante exploraciones sistemáticas en diversos puntos del Centro Histórico de Oaxaca. Un antecedente de este proyecto fueron las exploraciones arqueológicas que se llevaron a cabo entre 2006 y 2011, en lo que hoy es el Centro Cultural San Pablo, donde se localizaron evidencias de ocupación humana anterior a la fundación de Monte Albán. Por lo mismo, cuando se propuso restaurar la crujía norte del exconvento de San Pablo en 2014, se estableció una coordinación entre el Centro INAH Oaxaca, a través de sus secciones de Arqueología, de Monumentos Históricos y de Restauración y Conservación por un lado, y el Taller de Restauración de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca por otro.
Los trabajos arqueológicos se dividieron en dos fases. Durante la primera fase, se retiró el relleno intencional que se había introducido en el edificio para subir los niveles de los pisos, hasta más de un metro. En la segunda fase se realizaron calas arquitectónicas y pozos de sondeo arqueológicos en la planta baja del edificio. Se halló un muro de origen prehispánico del periodo Preclásico (aproximadamente de los años 800-500 a. C.). Está orientado al Norte-Sur y elaborado de cantos rodados, con una extensión de 3 m y a una profundidad mayor a los 4 m respecto al nivel actual de la calle. Presenta sólo dos hiladas de altura y una de ancho. Este muro se asocia probablemente a los restos de la misma antigüedad que se habían encontrado entre 2006 y 2011 y que están a la vista en el Centro Cultural San Pablo. Así mismo, se localizaron dos muros más, datados hacia finales del período Postclásico (1250- 1521 d. C.), con un sistema constructivo y orientación similares al ya referido, pero asociado a material cerámico netamente postclásico y a tres navajillas prismáticas de obsidiana. Este muro se localizó por debajo del 1.8 m de profundidad respecto al nivel actual de la calle. Los materiales arqueológicos y los elementos arquitectónicos nos hablan de que este elemento debió formar parte de una posible unidad habitacional.
No menos importante han sido las subsecuentes ocupaciones coloniales que se localizaron en el exconvento. En cuanto a la primera ocupación del siglo XVI, los datos obtenidos modifican lo que se consideraba la partida original arquitectónica del convento y sus accesorias, estas últimas áreas en las que se localizaron pequeños hornos y otros materiales como crisoles para la fundición de metales y un basurero con grandes cantidades de cerámica de uso cotidiano. También apareció un hacha prehispánica.
En cuanto a la ocupación del siglo XVII, es evidente la modificación y ampliación del convento, principalmente en sus muros y sus cimientos, observándose arreglos arquitectónicos que responden a los diversos temblores que se presentaron en esos años. Para los siglos XVIII y XIX, se observan nuevos cambios en la disposición espacial, principalmente respecto a muros divisorios, en parte porque en ese lugar se albergó entre 1834 y 1860 el Instituto de las Ciencias y Artes de Oaxaca, pero también debido a la nacionalización del convento y sus usos posteriores. Entre los materiales culturales recuperados hay botellas de vidrio de origen inglés, francés y español.
Gracias a los trabajos de Arqueología Urbana realizados en el inmueble, se han logrado identificar los diferentes momentos de ocupación, reocupación y modificación del espacio, todo a partir de las disposiciones arquitectónicas, materiales constructivos y objetos culturales. Se encontraron evidencias de la ocupación humana en este sector de la ciudad que van desde el periodo Preclásico (antes del 500 a. C.) hasta nuestros días, con una notable interrupción en el periodo Clásico, quizás debido a que las personas habitaron en los alrededores de la ciudad de Monte Albán durante este periodo. Posteriormente, en el Postclásico la gente regresó para quedarse de manera ininterrumpida hasta hoy en día. Por lo tanto, se evidencia que la ciudad colonial no se fundó sobre un espacio vacío, sino que constituye más bien la última fase de casi 30 siglos de ocupación, cuyos restos están debajo de lo que hoy es el Centro Histórico de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Gabriela Serrano Rojas (INAH)
Agustín E. Andrade Cuautle (INAH)
Sebastián van Doesburg (FAHHO/ UNAM)