TERCER CONGRESO IBEROAMERICANO DE LENGUA Y LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
Durante la semana del 14 al 18 de noviembre se llevó a cabo el Tercer Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil organizado por la Fundación SM. Acogido en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (Filij) en la Ciudad de México, el encuentro entre escritores, académicos, artistas gráficos, ilustradores, promotores, cuentacuentos, diseñadores, editores y embajadores de las letras de 14 países fue muy fructífero. El espacio del Centro Cultural del Bosque de Chapultepec se convirtió en “La isla del testimonio”, a la que llegamos de la mano de Juan Villoro, quien durante la primera conferencia magistral nos deleitó con una cátedra sobre Robinson Crusoe como prueba de que el testimonio de lo real se reconfigura en la literatura a través de la ficción. Dos caras de la moneda que aparentemente se muestran como antagónicas se vuelven hermanas; los hechos son fruto y fuente de la materia literaria que fascina y se transforma en el arte. En un auditorio completamente lleno había un silencio de atención que sólo podía ser interrumpido por el silbido de una aguja caer al suelo. Es que pocas personas tienen la cualidad de Villoro, de poder transmitir sus ideas, su trabajo de investigación, interpretación y asociación de conceptos como lo hace él. En un instante recorrimos la vida de Daniel Defoe, una vida que fue caminando de forma paralela al análisis de la isla del náufrago, en respuesta a una necesidad vital del artista que es capaz de escribir para acceder de lo real al espacio de lo simbólico. Villoro nos explicó cómo el concepto del náufrago se convierte en “el desafío de narrar la supervivencia” o dicho en otras palabras, es la representación de una necesidad imperiosa del alma que busca dar sentido a la existencia.
A lo largo de los cuatro días que duró el congreso navegamos en una larga reflexión que recorrió lo fantástico con la conferencia de José María Merino, al compartir con nosotros su experiencia como escritor de novelas. También se habló de lo simbólico en el lenguaje como materia prima de la literatura. Pronto arribamos a las costas de Ferdinand de Saussure quien en voz de Ana María Machado nos conectó con el carácter polisémico en las obras literarias; explicó la palabra como un símbolo capaz de representar y contener significado cuyo potencial se refleja en las obras de la literatura que se vinculan con la experiencia lectora. También me encantó Verónica Murguía con sus intervenciones siempre inteligentes, espontáneas y frescas. Comprendí de dónde viene el talento que muestra en su novela Loba.
El coloquio brindó espacio para antologar la reciente producción literaria. Adolfo Córdoba en “Tres reflejos de la poesía del trieno y una pregunta”, nos compartió los siguientes títulos de poesía lírica y tradición oral: Historias del niño invisible, de Ramón Iván Suarez Caamal; de libros clásicos y antologías nos recomendó la colección de poesía de Editorial Castillo con títulos como Estrellas Eléctricas o Los motivos del Lobo. En tanto se desee buscar poesía en verso libre citó a Niños, de María José Ferrada. En lo que se refiere a la prosa también se mencionaron los siguientes títulos: La familia soñada, Rompecabezas, El hijo del pintor, Fantasmas, Tristania, El bosque y las estrellas, El testimonio, La noche del polizón, El chico de las manos azules, El dragón blanco y otros personajes olvidados, entre muchos otros.
El asombro más grande que provocan siempre este tipo de encuentros entre colegas, además de los que ocupan los grandes escenarios, son aquellos que se dan de manera casual en medio de la comida, de forma inesperada, como el que me llevé con Silvia Katz. Ella trabaja con niños en Taller Arte Azul Arte Infantil en la provincia de Salta, Argentina. A raíz de su trabajo ha publicado diccionarios, escritos e ilustrados por niños, poemas como “Rima que arrima” que son geniales. En estos textos la interacción de las artes como formación humana potencia el talento en los niños. Aplaudo su iniciativa porque en los congresos de literatura infantil y juvenil siempre extraño la presencia de los niños y jóvenes cuando no debiera ser así. Silvia compartió las voces testimoniales de los chicos, gracias a su labor los sentí cerca de nosotros y una voz que debe ser escuchada. También me encontré con mis queridos colegas Socorro Bennetts, Miguel Sifuentes y Freddy Aguilar. Les recomiendo que se den una vuelta por la Biblioteca Infantil BS, vayan a donde Seguimos Leyendo y disfruten el Centro Cultural San Pablo. Seguro los encontrarán por ahí, porque todos ellos trabajan en la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y podrán compartir mucho más con ustedes de estas experiencias tan enriquecedoras.