Boletín FAHHO Digital No. 56 (Nov 2025)

Huaxyácac: Un nombre que florece

Isabel González
Vainas del árbol de guaje. Fotografía: Acervo de Comunicación FAHHO

Por más comunes y estáticos que los nombres llegan a sonar en nuestra lengua, cuando nos detenemos a masticarlos, a rumiarlos, hay algo que los torna especialmente curiosos, porque los nombres, como los árboles y las plantas, tienen raíces. Y eso es precisamente lo que sostiene el nombre de Oaxaca, unas raíces, mejor dicho, un árbol entero, de raíz a copa. Huaxyácac1 —el cual también aparece en las fuentes más antiguas como huaxacac2 o vaxcac3 — es el topónimo náhuatl presente en el escudo de armas del estado— que dio origen al nombre “Oaxaca”: está formado por huaxin, que nombra al árbol del huaje, y yacatl, que refiere al punto más alto o la cima de algún lugar, o xayacatl, que alude al rostro.4 En conjunto, este topónimo se ha interpretado como “la cima o loma de los huajes”, comúnmente y quizás de manera muy literal se ha traducido también como “en la nariz de los huajes”, donde “nariz” hace referencia al punto más alto del rostro de una persona —quizás acostada al modo de un cerro— para aludir a un accidente geográfico.

En consecuencia, pensar que como oaxaqueños nos encontramos profundamente ligados a los árboles no solo resulta poético, sino que se trata de una idea que la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca ha convertido en una de las acciones más constantes que impulsa la Coordinación de Medio Ambiente: la donación de árboles.

Pese a que el árbol de guaje (Leucaena leucocephala) no es la única especie contemplada en las donaciones de la FAHHO, nos permite observar la importancia de la donación y siembra de árboles nativos. En Oaxaca existen varias especies del género Leucaena, entre ellas L. esculenta, L. diversifolia y L. pallida, que podrían considerarse cuasiendémicas de ciertas zonas del estado.

Además de aportar sombra, se trata de una especie fijadora de nitrógeno que permite mejorar la fertilidad del suelo. Asimismo, sus semillas son comestibles y poseen un alto valor nutricional e incluso medicinal como desparasitante. Pueden consumirse crudas, cocidas, molidas o tostadas en varias recetas de la cocina tradicional oaxaqueña. En este sentido, su carácter como símbolo vegetal de Oaxaca no solo consiste en un vínculo etimológico, sino en el valor nutricional y funcional de las semillas, así como en sus servicios ambientales.

La etimología que encierra el nombre de Oaxaca tiene su origen en una realidad hoy inexistente, pues el nombre no haría sino señalar la abundante presencia del guaje en el paisaje semiárido de los Valles Centrales, que hoy ya no es el mismo. Así, la donación de esta especie apuesta por reconectar, desde las raíces, a los oaxaqueños con el guaje para preservar la biodiversidad de esta tierra.

1 Wired Humanities Project, “Huaxyacac”, Nahuatl Dictionary, University of Oregon, s. f., https://nahuatl.wired-humanities.org/content/huaxyacac.

2 Domingo de San Antón Muñón Chimalpahin Quauhtlehuanitzin, Annals of His Time, ed. y trad. James Lockhart, Susan Schroeder y Doris Namala (Stanford: Stanford University Press, 2006), 282–283.

3 Beyond the Codices, eds. Arthur J.O. Anderson, Frances Berdan, and James Lockhart (Los Angeles: UCLA Latin American Center, 1976), Doc. 29, 182–183.

4 Wood, Stephanie. “Huaxyacac (Mdz17v)”. Visual Lexicon of Aztec Hieroglyphs. Wired Humanities Project. https://aztecglyphs.wired-humanities.org/content/huaxyacac-mdz17v


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