La letra manuscrita, su arte y su significado
La escritura a mano sigue siendo un acto profundo, casi ritual, que conecta al ser humano con su pensamiento de una manera única, íntima y tangible. Escribir a mano también es darle a cada frase un rostro único, en otras palabras, cada letra escrita a mano lleva la huella de su autor. Es por eso que el Museo de la Filatelia de Oaxaca, en su labor por priorizar y rescatar la palabra manuscrita para explorar sus facetas artísticas, invitó a tres autores y profesionales de la letra hecha a mano para presentar sus obras en nuestra nueva exposición temporal “Las letras de mi ciudad”: Berza Remes, Giovanni Bautista y Bromx, a quienes entrevistamos para conocer acerca de su trabajo y sus obras, las cuales se conectan por medio de un tema en común, pero que se diferencian por sus técnicas y estilos únicos.
Gracias, Berza, Giovanni, Bromx, por brindarnos su tiempo para esta breve entrevista. Pues bien, tres técnicas diferentes, tres estilos diferentes, tres formas de mostrar que la escritura puede llegar mucho más allá de su fin práctico. ¿Me pueden hablar, cada uno, de la técnica en la que se especializan?
Berza: En mi caso, yo me considero un calígrafo, pero no me encasillo solo en un tipo de caligrafía, me gusta explorar técnicas híbridas o eclécticas, pues la caligrafía no está limitada a la tinta y el papel. Por eso la mayoría de mis obras se elabora con técnicas mixtas, muros, lienzos, papel, spray, acrílicos, marcadores industriales, tinta, letra itálica, uncial, etc. La idea, al final de todo, es transmitir un mensaje escrito de forma bella, pues si no escribimos nuestras ideas se olvidan, y si se olvidan pareciera que nunca existieron. Además, la letra nos recuerda que somos seres manuales; si bien antes se utilizaban tablillas de arcilla, hoy en día hay muchos materiales para la ornamentación manual y distintas formas de expresar las letras. Por ejemplo, yo trabajo con caligramas y monogramas, pero no solamente lo hago desde un aspecto comercial, sino también para algo meramente personal, pensando que la letra se puede deconstruir y tener un nuevo significado, uno más íntimo. Pero también está el otro lado, el externo: aunque la letra deconstruida se pueda perder hasta cierto punto, para el público en general, el mensaje siempre está inmerso. Lo que intento mantener en toda la línea discursiva de mi trabajo es el mensaje escrito en cualquiera de las formas. Recordemos que alrededor del mundo hay muchos estilos, hay muchas herramientas, entonces, la letra va a tener una constante evolución a la par de la humanidad. Al final, la letra es algo inherente al ser humano.
Gracias, Berza, ¿y tú, Giovanni?
Giovanni: Sí, mi técnica es el rótulo popular y, al igual que la técnica de la caligrafía, es muy variada. Parte de esta variedad se debe a la enorme gastronomía que existe, a los múltiples oficios y artesanías que hay, pues la sociedad recurría y recurre a un rotulista para anunciar su negocio y hacerlo visible; eso contribuyó a la diversidad de estilos que se fueron formando en la letra. Este aporte tipográfico y visual ahora ha tenido un auge también por la inmediatez que está sucediendo en el ámbito digital. Esto hizo que se revalorizara la técnica manual y tradicional del rótulo, cuya elaboración necesita de tiempo y detalle, conocido también por ser un “arte vivo” que sigue vigente en las calles. Un oficio que estaba a punto de ser olvidado, pero que ahora, gracias al trabajo que se realiza para su rescate, puede tener el valor de una pieza de arte en un museo. Recuerdo que mi papá me dijo en 2017, aproximadamente, que no sabía qué iba a suceder con nosotros para el 2020, porque ya no le pedían trabajos de rótulos; la mayoría de los rotulistas habían migrado a la impresión de plotter, de lonas y viniles, un boom que había reventado desde el 2005. Y, bueno, yo, desde mi punto de vista como diseñador gráfico, le dije “vamos a hacer fotos del proceso de tus rótulos, documentemos tus piezas en video, hagamos talleres para que las nuevas generaciones se vayan acercando y vean qué se puede hacer con los pinceles, que, además de imágenes y dibujos, también se hacen letras y se crean alfabetos únicos”. A partir de ahí, y de otras ideas, partió el concepto de revalorizar el rótulo y alcanzar una categoría que nunca había logrado.
Claro, y esto se relaciona con lo que me comentabas antes, acerca de que la pandemia también ayudó a estimar más lo artesanal y manual, ya que todo mundo estaba hastiado de lo digital.
Giovanni: Exacto, totalmente
Gracias, Giovanni. Bromx, ¿puedes contarnos sobre tu arte?
Bromx: Sí, yo trabajo el caligrafitti, una técnica que resalta la interpretación del diseño en la letra, una técnica que se basa en el estilo del grafiti aunado a la caligrafía; dos estilos de épocas diferentes: la caligrafía de tiempos antiguos y el grafiti de tiempos modernos. Y, además, lo combino con otro oficio en el que ya tengo más de doce años trabajando: la herrería. Entonces, mi pasión por las letras y mi oficio me arrojaron a reunir estos dos temas, resultando en esculturas en metal. Yo empecé a hacer grafiti en 2012, una técnica que surge en los 90, en Nueva York; después conocí la caligrafía, que surge con estilos de escrituras muy antiguas como el hebreo, la letra francesa, los kanjis japoneses y, a partir de ahí, experimento con la mezcla de los trazos, pero siempre teniendo como base el grafiti. Es por eso que en mis obras escultóricas pueden verse trazos distintos de forma tridimensional.
Estupendo, muchas gracias, Bromx. Y, en particular, ustedes tres fueron los artistas invitados a esta nueva exposición temporal “Las letras de mi ciudad” donde, justamente, se aborda la importancia y la belleza de la palabra manuscrita. ¿Me pueden hablar de una obra en particular que hicieron ex profeso para esta muestra?
Berza: Hay una pieza que creo que podría llamarse “la principal”, porque es la que más le gustó a las personas por el impacto visual de los colores y de sus dimensiones: se trata del mural del patio de la Constitución, en el Museo. Lo que intentábamos transmitir –porque invité a otros dos artistas a colaborar en este mural, Set Ruíz y Abdiel–, era eso, un mensaje que no necesariamente tenía que ser intuitivo. En la primera sección les pedí a varios seguidores de Instagram que me compartieran sus nombres para que aparecieran en el mural. Sus nombres están escritos en una gótica semideconstruida, pues hay algunos trazos en donde no respeté el estilo tradicional, y los colores que utilicé estaban enfocados en los tonos del colibrí, que pintó Set y que se ubica al centro formando una figura geométrica. Estos nombres representan el cúmulo de personas, conocimientos y letras que se están moviendo por nuestras calles todos los días. En la segunda sección hay una construcción de letras en color gris basadas en los trazos del alfabeto hebreo de estilo cúfico, pero escribiendo letras del alfabeto latino, jugando con su morfología sin que esta pierda su esencia. Para las palabras me apoyé de Salvador Llaguno, quien me ayudó con la traducción de la palabra “Oaxaca”, que representa nuestras raíces, en diecisiete lenguas originarias. Para las imágenes que realizaron mis compañeros Set y Abdiel, se basaron en los animalitos que, en algunas culturas ancestrales, eran considerados mensajeros, tanto del más allá como del clima y otros fenómenos sociales y culturales.
Es un mural increíble, sin duda, y en la inauguración se lució al máximo. Gracias, Berza. Giovanni, cuéntanos acerca de la obra que tú consideres especial en esta exposición.
Giovanni: Creo que la propuesta que más me gustó fue la de la banca, porque desde hace tiempo quería hacer un objeto o mueble con los materiales con los que regularmente trabaja un rotulista, en este caso, la cortina de acero y el vidrio templado. En el caso de la cortina, se trata de uno de los soportes más complicados de rotular, pues debido a su forma de canales el pincel no corre bien, pero usar este material como soporte carga al objeto con el significado de la procedencia del rótulo, me refiero a los comercios populares. Y en cuanto al vidrio, se trata de una alusión a las vitrinas comerciales. El vidrio tiene una frase que dice “Súbale”, la cual es una invitación para que los visitantes se sienten sobre él. Por otra parte, hace referencia al recuerdo de cuando mi papá trabajaba en los autobuses y ahí, siendo cobrador, veía en la Central de Abastos todos los letreros de los comercios y negocios, cosa que lo enamoró y lo hizo dedicarse al rótulo. Además, juega con la tradición de los microbuseros de poner su ruta de forma manual en el vidrio del parabrisas o poner frases populares, o fragmentos de canciones, como la que se muestra en la cortina de mi obra que dice “Dueño de nada”. Esta pieza es la primera que hago con este estilo.
Qué gran historia la de tu papá, Giovanni, muchas gracias por compartirla, le da un contexto más profundo a tu obra, que de por sí ya es grandiosa. Y, Bromx, intuyo cuál es tu pieza particular, porque, aunque todas son increíbles, hay una que se hace notar a primera vista.
Bromx: Sí, yo creo que te refieres al sobre, me gustó mucho. Además de que es la pieza más grande de todas. Esta obra hace un tributo a la comunicación que a través de la historia ha mantenido en pie al mundo. Yo veo a la comunicación desde esta parte artística: cómo es que artistas de otras partes del mundo han logrado comunicarse conmigo mediante una forma de escribir compartida, me refiero al grafiti y a la caligrafía. La pieza es la escultura de un sobre con alas que ha aterrizado en el MUFI: un mensaje que ha llegado, un canal de comunicación; encima el sobre lleva caligrafía tridimensional hecha en metal, además, fue intervenido con pintura aerosol. De esta forma combino las tres técnicas profesionales que me apasionan: el grafiti, la caligrafía y la herrería.
La exposición “Las letras de mi ciudad” ya está disponible en el MUFI, visítala y disfruta de este gran tributo que estos tres artistas y colaboradores le hicieron a la letra manuscrita.