La pasión colectiva por el beisbol
El Museo Diablos se anotó otro home run en el 2023 con la exposición “Segundo inning, la fiesta del beisbol”, localizada en la sala temporal A, misma que durante el primer año de vida del recinto escarlata alojó una gran parte de la colección beisbolera del maestro oaxaqueño Francisco Toledo.
Con un roster de 26 extraordinarios artistas mexicanos, la renovación de la sala cumplió con el propósito de mantener el aroma del Rey de los Deportes en cada centímetro de sus paredes, pero sin descuidar la intención de maravillar a los visitantes con la magia de cada uno de los participantes en la muestra.
“Segundo inning, la fiesta del beisbol” nació como una oportunidad de demostrar, local e internacionalmente, que el deporte y el arte van de la mano, y que en el Estadio Alfredo Harp Helú conviven de manera única en el mundo. El Museo Diablos no podía ser ajeno a la celebración de la LMB, Mexico City Series 2023, donde se enfrentaron los Gigantes de San Francisco a los Padres de San Diego el sábado 29 y domingo 30 del pasado mes de abril, encuentro que atrajo a un gran número de aficionados de diferentes partes de nuestro país, Estados Unidos y Canadá, siendo la primera vez que la Ciudad de México era sede de juegos oficiales de las Grandes Ligas, un evento que había sido esperado desde hacía muchos años.
Nuestro line up de lujo no falló y cada artista puso su mayor esfuerzo para llevarse la victoria. A continuación, se narran algunos de los mejores momentos del encuentro. Para recibirnos está nuestro Gran Pitcher, obra inédita del maestro Amador Montes, quien desde una lomita de pelotas le hace un lanzamiento a nuestro Bateador con máscara de diablo, pieza de Víctor Vázquez hecha de barro precocido de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca. Como testigo de esta jugada se encuentra el Juego de Pelota, de Demián Flores, que conjunta este juego mesoamericano con el contemporáneo en una magnífica obra realizada con hoja de oro y plata.
A unos pasos podemos encontrar, mirando desde lo alto, una pequeña parte de la gran colección Diablos, de Alejandro Vera, que nos transporta a las fiestas patronales de Juxtlahuaca, donde los Diablos pueden tomar cualquier forma y escala porque, en palabras del autor, “Al diablo nadie lo conoce”.
Una parte vital de esta fiesta es el “Grand Slam del Arte Beisbol Filatélico”. Desde que el Museo de la Filatelia de Oaxaca abrió sus puertas —en 1998—, con el propósito de conservar, exhibir y difundir el coleccionismo de estampillas postales, y en la búsqueda constante de preservar la filatelia en nuestros días mediante exposiciones permanentes, temporales e itinerantes, ha generado proyectos en conjunto con prestigiosas instituciones académicas y culturales. También ha logrado sinergias con pequeños grupos, colectivos y, por supuesto, destacados filatelistas y asociaciones filatélicas nacionales e internacionales que ven en el Mufi el espacio ideal para exhibir sus obras y colecciones dirigidas a distintos públicos. “Grand Slam” es una exposición que surgió como un proyecto colaborativo entre los Diablos Rojos del México, los Guerreros de Oaxaca y la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú.
La idea de este proyecto surgió al observar que los bates y las pelotas, que se encontraban en desuso debido al desgaste, eran objetos olvidados por los jugadores de los Diablos Rojos, los Guerreros de Oaxaca y los alumnos de la Academia. Lo anterior dio pie a la idea de que merecían ser recuperados y reutilizados, aunque ya no para el juego, sino como soportes para ser intervenidos por artistas visuales. La geometría de un cuadrangular, representado en un diseño sobrio de un timbre postal, impreso en negro y en papel de algodón, además del bate y la pelota, fueron proporcionados a cada artista para que intervinieran el gráfico y los objetos con técnica libre, enfatizando el tema beisbolero y el arte postal.
Nuestro gran cierre es “No existen los quizás en el beisbol”, una muestra del amor que siente Demián Flores por el beisbol y el arte, junto a uno de los cómplices que ha encontrado en el camino: Eduardo Roca Salazar, Choco, con quien trabaja una serie llamada “Al alimón”, en la que casi podemos escuchar el golpe al bat de las jugadas plasmadas. También se exhiben serigrafías, ilustraciones, gorras bordadas con frases icónicas de Pedro el mago Septién y una maravillosa colección de bats ingeniosamente intervenidos con la que, mediante luces y sombras, se puede soñar con las infinitas posibilidades que pueden existir en un diamante.
Finalmente, tenemos la pieza con la que inició la relación de Flores con la familia Harp Grañén. Se trata de una postal donde el maestro Francisco Toledo recomienda a su pupilo para ser incluido en el libro Vivir y morir jugando beisbol, de don Alfredo Harp.
Aunque en el beisbol no hay nada escrito, esperamos estar haciendo historia al ser el primer museo que cuenta con una exhibición tan rica en técnicas, perspectivas y sentires de distintos artistas con los que nos une la pasión por los Diablos Rojos del México y el beisbol.