De los aquahuitl a los yag gai Utensilios decorados para las bebidas de cacao
En el amplio abanico de bebidas mesoamericanas de cacao y maíz existen varias cuyo componente líquido se complementa con abundante espuma o contienen sólidos parcialmente disueltos; este tipo de preparaciones se sirven generalmente en ocasiones ceremoniales y colectivas como bodas, mayordomías, rezos y funerales.
En algún momento de la milenaria trayectoria cultural de este tipo de bebidas fueron concebidos utensilios para mezclar, agitar o consumir las porciones servidas a cada persona; a lo largo del tiempo, estos han recibido diferentes nombres en lenguas locales y en castellano. Se trata de instrumentos generalmente planos, alargados y elaborados de madera que, por su carácter ceremonial, suelen embellecerse con figuras talladas en el mango, con decoraciones pictóricas e, incluso, empleando materiales preciosos.
Un ejemplo relativamente conocido es el de los alcahuetes que se utilizan en los Valles Centrales para mezclar el chocolateatole, llamados yag gai ‘palo de gallo’ en zapoteco por la figura que adorna su empuñadura. Parecía ser un tipo de utensilios reciente y restringido a esta región oaxaqueña, pero nuestras investigaciones han permitido ubicar precedentes al menos desde el siglo XVI, cuando las élites mexicas (y quizá también las mixtecas) empleaban preciados aquahuitl de madera o caparazón de tortuga para mezclar sus bebidas de cacao, según podemos conocer en los códices Florentino y Texúpan, en testamentos, procesos inquisitoriales y otros documentos de la época.
La investigación bibliográfica y de campo nos ha permitido conocer tradiciones similares que existieron o aún perviven en otras partes de Oaxaca, como la Chinantla, los Chimalapas y la región ikoots, así como entre los maya-chontales de Tabasco. También nos hemos acercado al trabajo de los artesanos de Santa Cecilia Jalieza, pueblo dedicado a la talla de madera que durante décadas ha surtido de alcahuetes y otros utensilios a las fiestas y a las cocinas vallistas.
En conjunto, la información reunida nos permite afirmar que este tipo de utensilios ha sido un aspecto integral de la cultura material asociada a las bebidas de cacao y, por otro lado, advertir que su manufactura y uso, si bien subsisten en algunos lugares, en otros han desaparecido, de ahí la importancia de su estudio y valoración.
A partir de finales de octubre presentaremos en el Centro Cultural San Pablo una exposición que, mediante recursos audiovisuales, ejemplares físicos y materiales bibliográficos, dará cuenta de la relación entre estas pequeñas esculturas utilitarias y las ricas tradiciones gastronómicas y festivas de nuestra región. Esperamos el año próximo poder llevarla a algunas de las comunidades involucradas
en esta deliciosa indagación.