Habla nuestra lengua, léela y escríbela / Gã’mīn sinugùn, gãhiã nī gãchrunt man
Al igual que todas las bibliotecas móviles de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, la Biblioteca Móvil de la región triqui se esmera en la promoción de la lectura y la escritura, y muestra a sus visitantes cómo, desde los libros, se pueden conocer otros lugares, personas y mundos. La biblioteca de esta región, en particular, opera también gracias a la solidaridad y apoyo económico de la Fundación Emilie Steiner.
Araceli López y Víctor Fuentes, promotores culturales originarios de Chicahuaxtla, nos cuentan que se consideran personas preocupadas por la educación de las familias de esta región y que están comprometidos con su labor. Comparten la alegría cada vez que dan lectura a un libro y hacen volar la imaginación de las niñas, niños y adultos.
Cuando doy talleres los niños y adultos se sorprenden porque no se imaginan que con lo poco que tienen (un libro) pueden hacer grandes cosas para divertirse e imaginar escenarios y nuevas experiencias.
Comenta Araceli, quien además es promotora de la cultura escrita, que este trabajo le ha permitido conocer más libros y autores, pues en su niñez nunca tuvo acceso a estas herramientas. Antes de formar parte de la Biblioteca Móvil, ella pensaba que solo existían Caperucita Roja y Los tres cerditos.
Nuestros amigos nos cuentan que, cada vez que llega la Biblioteca Móvil, los niños corren a traerlos y les dicen “¡Ya llegaron los maestros de libros!”, “¡Llegaron los libros!”, “¡Vamos a leer!”, y nunca quieren que se termine la hora de la lectura.
Cada vez que leemos en triqui los ojos de los niños brillan de emoción al escuchar su lengua. A los adultos les da mucha alegría que seamos bilingües, porque así podemos transmitirles el mensaje de los libros.
Los logros son lentos pero profundos. Araceli y Víctor han visto cómo las personas que decían que no les gustaba la lectura, ahora ya están interesadas y se han vuelto sus amigas y amigos lectores: “Podemos platicar de libros y sobre cómo relacionan cierta obra con su vida”, agregan los promotores.
Nos cuentan, por ejemplo, la anécdota de Maximiliano, conocido como El Coco, un joven de escasos recursos, estudiante de secundaria, que en los días de plaza busca trabajo con los verduleros.
Durante los primeros recorridos de la Biblioteca en esta ruta, Maximiliano no quería acercarse por pena o para evitar la burla que le hacían sus amistades; nosotros lo invitábamos, pero decía que los libros le aburrían; insistimos y le dijimos que no solo llevábamos libros, sino que hacíamos otras actividades, que incluso poníamos películas. Fue esto último lo que lo animó a acercarse. Finalmente, una vez que llegó al espacio de lectura y proyección sí que llamaron su atención los libros que teníamos exhibidos: tomó uno y se fue a un rincón a leer. Ahora, cada vez que tiene oportunidad, llega y realiza sus lecturas, aunque no le gusta estar con los demás, siempre elige los libros de contenido extenso y se va a un rincón a leer solo.
Lecturas y talleres en triqui
Del total de lecturas que hacen en la región, aproximadamente un 40 % la realizan en lengua triqui, ya que en la mayoría de las escuelas hay pocos hablantes de este idioma; así, de un promedio de diez lecturas en voz alta que se hacen al día, cuatro son en triqui.
Es en los talleres en donde sí se habla por completo en lengua nativa: una gran parte de los que no hablan triqui en su totalidad sí logran entender cuestiones básicas.
Sin embargo, hay grupos de niños que no hablan ni entienden esta lengua, ya que sus padres no son originarios de la comunidad. Para estos casos las lecturas y actividades se realizan en español. Por las tardes leen en triqui porque tienen más tiempo, y las niñas y niños que son bilingües ayudan a traducir a sus compañeros, además, en las tardes les visita público adulto que no entiende el español.
Al tejer la lengua entre los adultos y los más jóvenes pasan un momento muy significativo de encuentros con intercambios de sonidos, miradas, asombros y alegrías.
Riki’ij ngo si guruhuâ rè› min rè› ngo ne’ guechi’ij gunaj Isabel, don Alfredo ni Steiner, guenta rikij rè› ngo sina nihiaj da gihiaj sun ni gunaj gisij rian nej duguii amin nanj nï´ïnj. Agradezco a la Dra. Isabel Grañén, don Alfredo Harp y a los donantes Steiner por darme esta oportunidad de trabajar en este proyecto tan importante y poner mi granito de arena para que la lengua triqui prevalezca.
Araceli López
Uta guruaj re, guenda guinika rej ga´na ne guendu nanj rian yiñan, hiaj ni nej silij nga yana man yiñan ni ga´hue gamín niaj ruhua nej si nga ngo saj hue´ej. Ni uta guruaj rej din duna rej gi´hiaj sun nga ngo saj hue´ej nna ruaj yiñan. Muchas gracias por la oportunidad de aportar un proyecto tan noble a mi comunidad, hoy los lectores, sobre todo niños y jóvenes, han encontrado otra manera de entretenimiento sano. En lo personal, muchas gracias por permitirme ser parte de algo que viene a cambiar muchas vidas a través de la lectura y la escritura.
Víctor Fuentes