Boletín FAHHO Digital No. 29 (Ago 2023)

Para restaurar un textil…

Hector Meneses

¿Alguna vez te has preguntado acerca delos procesos previos por los que atraviesan las piezas que ves exhibidas en las salas del Museo Textil de Oaxaca? Los textiles que mostramos rara vez pasan directamente del depósito a las salas.

Los depósitos son los espacios donde resguardamos las piezas en las mejores condiciones posibles, lugares organizados y limpios. Algunos ejemplares se mantienen en plano al interior de cajones, otros se enrollan, algunos más se cuelgan. Cuando se eligen los textiles que irán a la exposición, primero se revisan con atención para verificar si están en condiciones de presentarse en las salas: checamos si hay roturas, arrugas, hilos sueltos, marcas de dobleces o agujeros. Algunos de los problemas más comunes que encontramos en este proceso son manchas y suciedad. Que un tejido esté sucio, no es algo que solo afecte la belleza de la pieza, sino que puede acarrear otros problemas que alteren la resistencia o el color de los textiles. Por ejemplo, una mancha provocada por óxido podría crear, con el paso del tiempo, un agujero en la pieza.

Para atender estas cuestiones, el MTO cuenta con un área de restauración donde cada textil se estudia de manera puntual para entonces decidir las acciones de intervención que se llevarán a cabo sobre él. Es importante enfatizar que los tratamientos de restauración no siguen recetas ni manuales, más bien, parten de lineamientos que nos orientan para tomar las decisiones más pertinentes en cada caso. La restauración exige conocimiento técnico y material específico. Es necesario saber, por ejemplo, qué fibras componen un huipil o de qué manera responden los colorantes utilizados en una blusa ante agentes limpiadores, como agua y detergente. De igual forma, es importante conocer los contextos de uso y los significados contenidos en los tejidos. Los textiles empleados en ámbitos religiosos son ejemplo de ello, ya que es común encontrar restos de cera o parafina sobre la superficie de las telas. Estos materiales son evidencia del uso que tuvieron los tejidos dentro de sus comunidades de procedencia, pues recordemos que la cera y la parafina son imprescindibles en la elaboración de velas.

A la izquierda se encuentra el huipil deteriorado y a la derecha después del proceso.

Cada problemática hallada en un textil requiere una solución hecha a la medida. Así, la restauración de textiles necesita paciencia, conocimiento y destreza para sujetar, por ejemplo, hilos sueltos de un bordado a través de puntadas diminutas realizadas con un hilo de seda que es tan delgado como un cabello. O bien, para lavar un huipil empleando agua que debe pasar por cuatro filtros que ayudan a contrarrestar la presencia de numerosas sales minerales que contiene el agua en la ciudad de Oaxaca. Lo mismo aplica para el desvanecimiento o eliminación de manchas a partir del uso de geles de limpieza, una técnica que se ha desarrollado en los últimos años y que apenas ahora hemos comenzado a incorporar en el laboratorio de restauración del mto. Desafortunadamente, algunas técnicas y procedimientos no han podido explorarse a profundidad en nuestro país debido, por ejemplo, a los precios elevados de ciertos materiales y equipos, así como a la dificultad de conseguirlos. De esta forma, la restauración de textiles no solo es radicalmente distinta a la ejecución de un mero recetario técnico, sino que es una profesión que se actualiza y continúa su desarrollo de manera constante, tal y como ocurre en el campo de la creación textil.


Lo sentimos, la página que buscas no existe.

¡Muchas Gracias!
En breve nos pondremos en contacto contigo.