Boletín FAHHO Digital No. 28 (Jul 2023)

Mufi, tu museografía es y siempre será un reto

Mónica de Ocampo

Querido Mufi:

Qué mejor forma que esta carta para expresar la alegría por tus 25 años y, al mismo tiempo, agradecer por los aprendizajes adquiridos en cada uno de tus proyectos expositivos.

Esta vez seremos breves, porque hablar de tu vida nos daría para sumarle otras 10 miradas más al interior. Así que nos centraremos en nuestra experiencia: hablemos de tus museografías.

Cuando tenemos noticia de una nueva exposición, empieza lo bueno: una reunión, una lluvia de ideas y mucho café para aterrizar una propuesta interesante. Así comenzamos con el guion museográfico: sugerimos un título, los temas que abordará y los posibles núcleos; dimensionamos tu espacio. Seleccionamos la obra o, mejor dicho, las mini obras de arte que son los timbres postales; hojas recuerdo, sobres de primer día de emisión, planillas y, algunas veces, correspondencias, obra gráfica, fotografías o intervenciones. Es aquí cuando el detalle de alguna pieza llama nuestra atención, entonces surgen una, dos, tres, muchas ideas más. Consultamos catálogos, literatura filatélica, navegamos en la red para llevar la información al papel; los textos de sala van tomando forma mientras pensamos en cómo queremos que luzca la exposición, lo que necesitaremos, si está en nuestras posibilidades y, a ojo de buen cubero, si estamos a tiempo de lograrlo. Esa adrenalina es única, emocionante y, aunque voluble, nos impulsa para dar lo mejor. Todas las áreas colaboramos de alguna u otra forma en cada exposición: acervo, investigación, catalogación, biblioteca, educación, difusión, diseño y museografía. Sin embargo, estas dos últimas áreas juegan un papel primordial para que el resultado en la sala sea el que esperamos. Cada integrante del equipo aporta sus conocimientos, en el proceso aprendemos y adquirimos experiencia.

El tiempo siempre apremia, así que una vez que se ha avanzado con el guion, viene el diseño, la producción y el montaje. Lo anterior suele ser complejo: la producción se acelera, el diseñador y el museógrafo entran en acción, es hora de ilustrar, seleccionar los gráficos, digitalizar, limpiar imágenes, elegir la tipografía y la paleta de color; diseñar el mobiliario, preparar el espacio, pintar los muros, revisar la iluminación, verificar la humedad en sala y, por si faltara más, preparamos toda la herramienta que utilizaremos para al momento del montaje. En este proceso también participan carpinteros, impresores, a veces rotulistas, editores y traductores, prestadores de servicio social y estudiantes que realizan sus prácticas profesionales.

En una exposición temporal se puede realizar el montaje de aproximadamente 800 piezas filatélicas, lo que significa colocar monturas a cada una o elaborar guardas de mylar o marialuisas para enmarcar. Cuando tenemos intervenciones de obras de mayor formato, omitimos este proceso.

A veces los tiempos de nuestro cronograma no se cumplen, el tiempo nos come, queremos frenarlo. Mufi, nos haces sudar la gota gorda cuando, ya listos para cortar el listón en la inauguración, nos damos cuenta de que hace falta un retoque más, aunque sabemos que para el público sea algo que puede pasar desapercibido, nosotros, comprometidos con el quehacer museístico, cuidamos hasta el último detalle, lo que nos llevará un par de minutos más. Sin embargo, nuestro público sabe esperar, lo conocemos, pues el reconocimiento de tus magníficas exposiciones va de boca en boca, o bien, se difunde por medios impresos y digitales, logrando que más personas se acerquen a ti. Y tú lo conoces más que nadie, pues eres testigo del eco de los elogios de tu público, de cada instantánea, de cada selfie en la que se muestra espectacular algún detalle en el rincón de tus salas. Siempre coqueteas con los visitantes. Te hemos visto de sol a sol, y en una que otra luna. Sin embargo, eres modesto, y mañosamente provocas que la siguiente exposición supere a la que está en turno, incluso, a veces, ni bien terminamos una y ya estamos pensando en dos exposiciones más.

Son tantos años ya, querido Mufi, que hemos perdido la cuenta de las museografías, por ahí de 140, quizá más. Recordamos, como si fuera ayer, la primera exposición temporal en la que, sin experiencia previa en curaduría y montaje de piezas filatélicas, improvisamos técnicas que con el tiempo hemos mejorado. Tantos temas desarrollados: prefilatelia, filatelia clásica, timbres fiscales, correspondencia, arte e historia, flora y fauna, deportes, y claro, tu favorito: el beisbol. Seguramente pronto compartiremos nuevos aprendizajes ahora en el montaje de monedas.

Mufi, nos sorprende cuánto has crecido, ahora tienes una enorme galería en la que podemos exhibir, temporalmente, grandes colecciones temáticas con muchos más timbres que antes. Nos encanta recurrir a los apoyos museográficos de manera didáctica, ser inclusivos y participativos, siempre buscando el diálogo con
los distintos públicos.

Hoy en día, contamos con la experiencia para crear exposiciones temáticas, sugerentes y novedosas, y de vez en cuando aportamos ideas para nuevas exposiciones en otras filiales y recintos culturales.

Mufi, tu museografía es y siempre será un reto. Siempre dejas una huella en la vida de alguien, quizá un aprendizaje, una buena anécdota, una sonrisa, una fotografía o una bella postal que con el tiempo seguramente volverá a ti y formará parte de tu acervo y, un buen día, estará exhibida luciendo como todas tus obras en alguna de tus salas.

Con estimación, tus colaboradores


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