Boletín FAHHO Digital No. 28 (Jul 2023)

La historia y la importancia de la correspondencia

Jorge Aragón
Fotografía: Antonio Turok, Estampas de un espacio, Mufi, 2018.

Lo sabemos, hoy en día es más práctico enviar un whatsapp o hacer una videollamada para comunicarnos, pero ¿sabes cuál es una de las ventajas de la correspondencia postal tradicional? El elemento humano, es decir, la calidez y los múltiples sentimientos que se originan al enviar y recibir una carta. En un mundo cada vez más instantáneo e hiperconectado, acciones como el apreciar la belleza de una caligrafía, la textura del papel, el aroma del contenido y las enmiendas que evidencian el factor orgánico de los errores son experiencias inigualables. Además, las cartas son piezas que pueden ser guardadas de manera física para mantenerlas cerca, como dejándolas añejar para que fermenten las emociones de las que están impregnadas; no es lo mismo abrir una carta por primera vez, al instante de su llegada, que releerla después de algunos años, porque de forma mágica incrementa la profundidad de los recuerdos que nos emocionaron antes.

Por otro lado, el carácter formal es otra virtud de la correspondencia tradicional. Dentro de la comunicación digital, el correo electrónico tiende a ser la forma más seria y profesional de dirigirse a alguien, aun así, no puede competir con la solemnidad de la carta, con la cualidad oficial del lacrado o la legitimidad de la firma manuscrita, detalles por los cuales los gobiernos y Estados del mundo siguen optando por el papel y la tinta para establecer sus acuerdos, relaciones, comunicados y políticas con otras entidades.

Aunque cabe aclarar que la historia de la correspondencia no siempre ha tenido que ver con el papel y la tinta, su desarrollo histórico no ha evolucionado en conjunto, como sí lo ha hecho el de la comunicación en general. Desde que la humanidad aprendió a desarrollar un lenguaje, la correspondencia ha sido su aliada primordial. Así lo observamos con las grandes civilizaciones de antaño. Los painanis, por ejemplo, fueron los mensajeros fundamentales para la cultura mexica, corredores profesionales que tenían como misión transmitir mensajes a zonas lejanas de forma eficiente y rápida (considerando la época), por eso el significado de su nombre: corredor ligero, parecido a los mensajeros de la Grecia clásica, quienes eran parte de la logística militar de los hoplitas; el caso más famoso es el de Filípides, el héroe que, según las leyendas, recorrió más de 300 km sin descanso para avisar a los espartanos sobre la invasión de los persas a Maratón; al finalizar su mensaje, falleció de agotamiento (en tributo a él se realizan los maratones modernos).

Fotografías: Ariel Mendoza, Estampas de un espacio, Mufi, 2018.

La correspondencia tradicional representa el lado más humano de la historia, nos recuerda que el mundo muchas veces ha dependido, y aún depende, de elementos tan simples como la palabra, el papel y la tinta. Puede que la respuesta instantánea domine nuestra época convulsa y poco tolerante a la espera, pero la correspondencia tradicional tiene esa gracia artesanal, esa manualidad romántica que nos expresa de forma indirecta algo más que lo que dicen las palabras. ¿Qué hubiera sido de Rulfo sin sus cartas a Clara? ¿De Napoleón Bonaparte sin sus cartas a Josefina? ¿De Frida Kahlo sin sus cartas a Diego Rivera?

Hoy, te invitamos a enviar una carta, a realizar la correspondencia tradicional, pues esta práctica sigue vigente y activa, agregando que cada vez que compras un timbre y envías tu escrito por correo físico contribuyes en el empleo de miles de trabajadores del servicio postal. Te aseguramos, eso sí, que la persona que reciba tu misiva se sentirá halagada y especial, mucho más que si recibiera un mensaje de texto digital.


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