Adabi en Puebla, un proyecto en marcha
La presencia de la Asociación en Puebla tiene sus antecedentes en el Fideicomiso para la Memoria de México del Archivo General de la Nación, que destinó recursos para atender las necesidades de organización de los archivos municipales. En 2003, una vez constituida, Adabi continuó con el trabajo emprendido al que se sumaron las primeras incursiones en los archivos eclesiásticos. Con el paso de los años, dicho proyecto se consolidó, y la permanencia que lo ha caracterizado ha dado resultados positivos a Adabi y al Estado, pero, sobre todo, a la sociedad.
Con la ejecución del mismo, hasta el momento se han intervenido en el estado de Puebla 190 archivos, 99 de tipo eclesiástico —principalmente parroquiales— y 91 civiles, entre los que destacan los municipales. Esto significa que se han rescatado fondos de distintas procedencias institucionales, lo que da noción del vasto patrimonio documental del estado. Como muestra de lo anterior, en una misma localidad se ha apoyado al archivo de la parroquia, el del municipio y de las juntas auxiliares, así como el del juzgado local, por citar algunos ejemplos.
Es evidente que nuestras acciones se han enfocado en atender las necesidades de las poblaciones del interior del estado, ya sean rurales o semiurbanas, que cuentan con un rico pasado depositado en sus archivos. Y es que Adabi en Puebla tiene la mirada puesta en las regiones y localidades que en repetidas ocasiones han quedado en el olvido por las autoridades, los recursos y la historia. En este sentido, nuestra actividad favorece, principalmente, el conocimiento del pasado, que hoy día es base para construir, formar y fortalecer la identidad.
Las acciones que realizamos en los fondos permiten saber qué documentos se poseen y la información que contienen, y a partir de ello motivar a la reflexión sobre la importancia de los archivos y de quienes están relacionados con ellos, como autoridades locales, voluntarios, secretarias, cronistas, es decir, la comunidad, reconociendo que esto último no ha sido tarea fácil y que continúa construyéndose.
La experiencia y práctica, resultado de la ejecución de este proyecto, evidencia que la labor de y por los archivos requiere de una colaboración. Por lo que a nosotros respecta, creemos en el compartir el conocimiento y la experiencia con aquellos que nos han apoyado, porque es de nuestro interés trascender y dejar una huella en quienes han tenido en sus manos documentos que han resistido al paso de los años. En este andar por el estado también hemos contado con aliados, quienes saben que eso que está en la bodega requiere atención.
La conjunción archivos-investigadores no se puede desligar de este proyecto, pues quienes forman parte de la academia se benefician al contar con archivos organizados que permitan la realización de estudios, tesis o artículos de temas civiles y eclesiásticos. Es sabido que los historiadores poblanos consultan los inventarios publicados por Adabi con fines de investigación, también que los estudiosos extranjeros se han acercado a nosotros solicitando orientación para la localización de información, aventurándose en el viaje hacia la población donde se encuentra el archivo de interés. Respecto al personal que ha formado parte de este proyecto, es notable el compromiso que ha asumido ante la gran encomienda de rescatar y organizar archivos de municipios o parroquias lejanas en condiciones de abandono: entraron para actuar de manera emergente con los conocimientos y actividades pertinentes, y concluyeron con la entrega de cada archivo en el tiempo estimado. Al inicio, el maestro Jorge Garibay lideró y capacitó al equipo que formó parte de este proyecto, mismo que, con la experiencia adquirida, intervino también fondos históricos de estados vecinos como Tlaxcala, Veracruz, Jalisco e incluso Sinaloa.
El camino recorrido por los archivos poblanos suma varios kilómetros, sin embargo, nuevos desafíos nos mantienen con paso firme. Al cumplirse 20 años de trabajo, el nombre de Adabi en Puebla es sinónimo de permanencia, constancia y resultados que se materializan en los archivos intervenidos que representan una parte del patrimonio documental del estado.