Acupunturas urbanas para sanar las ciudades
Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- El arquitecto, urbanista y político brasileño Jaime Lerner habla de la importancia de crear espacios en los que se tenga en cuenta “de qué vive la gente y cuáles son sus necesidades para vivir y trabajar. Lo más sostenible es no gastar energía yendo de una función a otra, se trata de mezclar usos”.
El que fuera alcalde de la ciudad brasileña Curitiba usa la expresión de acupunturas urbanas como una forma de sanar el tejido social, con “la ilusión y la esperanza de que con un pinchazo de aguja sería posible curar las enfermedades. El principio de recuperar la energía de un punto enfermo o cansado por medio de un simple pinchazo tiene que ver con la revitalización de ese punto y del área que hay a su alrededor”.
Con esta intención, de sanar los espacios urbanos, dos —aparentemente— pequeños proyectos impulsados por Casa de la Ciudad y apoyados por el Municipio de Oaxaca, fueron inaugurados la semana pasada. Aparentemente pequeños porque de aspecto y de tamaño lo son, pero el alcance de este tipo de proyectos es inimaginable: para la salud, emocional y física, y la convivencia entre vecinos. Dos proyectos en los que, con la colaboración ciudadana, se cure y mejore la vida de sus habitantes.
En el recorrido de inauguraciones estuvieron María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), Alfredo Harp Helú, presidente vitalicio de dicha fundación, y Javier Villacaña, presidente municipal de Oaxaca de Juárez, quienes estuvieron acompañados por los agentes municipales de las dos obras inauguradas.
El primero fue el Circuito de la Salud que se reinauguró en Santa Rosa Panzacola, como parte del programa de prevención primaria en la salud con gimnasios al aire libre en parques públicos. Este circuito fue elegido gracias a un estudio de Casa de la Ciudad para conocer los puntos con mayor acceso y flujo de personas, y que tengan la posibilidad de ejercitarse con equipo adecuado y gratuito. Cada circuito consta de veinte estaciones para practicar ejercicios aeróbicos y anaeróbicos, para realizar estiramientos y cuenta con bicicletas estacionarias, aerocaminadoras, pulls de brazos y hombros, además de péndulos.
El segundo es el Parque Infantil 5 Señores, un proyecto en el que se conjugan varias actividades, con el objetivo de generar un programa arquitectónico y de espacio público que integre a todos los miembros de la comunidad. El programa incluye actividades infantiles, deportivas, sociales y una huerta urbana, que pretenden fomentar la cohesión de la comunidad alrededor de este lugar, apoyando el mantenimiento y construcción del tejido social de la ciudad.
En la inauguración la doctora María Isabel Grañén Porrúa habló de las “agujitas” de Jaime Lerner, “que son acupunturas urbanas que de alguna manera van sanando el tejido social”. Además, no sólo se hizo un espacio deportivo para adultos, sino también de juegos para los niños y también una huerta en la que participarán los vecinos.
El Centro de Barrio
Carlos González Cervantes, arquitecto de Casa de la Ciudad y responsable de este Centro de Barrio en 5 Señores, nos cuenta que este proyecto empezó por iniciativa de los vecinos. “Ellos fueron los que, con talleres y juntas, nos dieron las ideas. Recolectamos sus ideas y las fuimos plasmando en el proyecto. Todo guiado y supervisado por los vecinos”.
En todo el proceso del proyecto los vecinos se involucraron: sobre captación de lluvia se les dio un taller, en el que se les explicó cómo era la instalación que se iba a usar; la huerta —que próximamente será sembrada con ayuda de Huertos Orgánicos de la FAHHO— está rodeada de carrizo. Semanas antes de la inauguración se hizo tequio en el río Salado para cortar el carrizo de la huerta y colocarlo.
El arquitecto habla de que “una de las mayores iniciativas fue lograr del municipio los permisos de vialidad; el permiso para restringir el paso de la calle que era vehicular, buscando dejarla semipeatonal”. También se buscó, explica González Cervantes, que el mobiliario fuera ecológico, con bancas hechas con plástico reciclado, aglomerado, hecho en México, con el PET que normalmente no se reutiliza. Para evitar también un gran gasto de luz, se usan lámparas ledes.
De esta forma, los niños y los adultos, todos los vecinos, disfrutarán de una de esas “aguijitas”, de esa acupuntura urbana, que seguro sana mucho y hace muy felices a todos.